De un gran silencio a las risas. Niñas víctimas de trata en Gabón
En la asociación Arc-en-ciel realizan un trabajo integral de acompañamiento y prevención de la trata por medio de programas de sensibilización en colegios y parroquias.
Al escuchar la palabra trata me viene la imagen de una niña sentada en una silla, mirada perdida, cabeza gacha, manos sobre las piernas y un gran silencio. Después recuerdo a esa misma niña disfrutando en la playa con otras chicas que ríen sin parar.
Esas dos imágenes resumen el trabajo de acompañamiento de la Asociación Arc-en-ciel en la atención a niñas, adolescentes y mujeres víctimas del tráfico humano. Podríamos hablar de esclavitud.
Arrancadas de su medio familiar por poco dinero, son transportadas en pateras y pequeños barcos atestados de personas desde Togo, Benín o Nigeria a los países de destino como Gabón. Son engañadas con sueños de futuros estudios que podrán realizar, de trabajos estupendos, de sueldos increíbles que nunca van a ver, en una tupida cadena de explotación.
Tras la travesía pasan a habitar un lugar que no les pertenece, a dormir en el suelo, a trabajar en la calle vendiendo mercancía o en una casa en la que sirven para todo, como mano de obra desprotegida. Sin derecho a salario, sin cuidados básicos para la salud y hasta sometidas a esclavitud sexual. Las consecuencias para sus vidas son profundas. Volver a confiar en otras personas, creer que la vida pueda estar llena de oportunidades es un lujo. Su pasado se va volviendo borroso.
Así llegan a los centros de acogida. Lo primero que necesitan es un lugar seguro donde dormir, comer, cuidar su salud y restaurar la posibilidad de confiar de nuevo. Esa es la labor que se hace desde la asociación Arc-en-ciel, en un trabajo integral de acompañamiento y también en un trabajo educativo de prevención de la trata por medio de programas de sensibilización en colegios y parroquias. Un equipo interdisciplinar se ocupa de ello, trabajando en red con el gobierno, jueces, policía, embajadas, para coordinar las actuaciones que ayuden a prevenir esta lacra y a evitar la impunidad de quienes se lucran con ella. El equipo de Gabón está apoyado por la Fundación VIC y SOLIVE de las HH Carmelitas de la Caridad Vedruna.
Las buenas noticias escasean y recordar la labor diaria que desarrollan ensancha el corazón y ayuda a creer que es posible avanzar hacia un mundo mejor, donde los derechos y la dignidad de las personas son una prioridad.