De la universidad a un puesto de trabajo casi sin pasar por el paro

Laura Marco y David Seral son egresados en Ingeniería Electrónica y Automática.

Laura Marco, en las instalaciones de Walqa, y David Seral, a las puertas de la EINA.
Laura Marco, en las instalaciones de Walqa, y David Seral, a las puertas de la EINA.
v. Lacasa / F. Jiménez

Apenas cinco días. Ese fue el tiempo que tardó Laura Marco, egresada en Ingeniería Electrónica y Automática por la Universidad de Zaragoza, en encontrar un empleo. Ocurrió el pasado mes de septiembre, cuando presentó su Trabajo fin de grado (TFG). "Al tener ya en mi poder el equivalente temporal al título, empecé a buscar un empleo", detalla. Lo hizo a través de LinkedIn, el Inaem, la bolsa de empleo del Colegio de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos Industriales de Aragón (Cogitiar) y también la de Universa. Fue gracias a esta última como consiguió su actual trabajo.

"Había dos ofertas en las que me dieron la oportunidad, y finalmente me decanté por la que más se ajustaba a mis ganas de investigar en pro del medio ambiente", puntualiza. Y así fue como llegó a la Fundación Hidrógeno, donde trabaja como técnico en Investigación y desarrollo en el área de electrólisis. "En mi día a día, suelo desarrollar tareas tanto de taller como de oficina, aunque ningún día es igual. Manipulo bancos de ensayo y analizo los resultados, aunque también hago tareas más relacionadas con la electrónica que agilizan o mejoran algunos procesos", especifica.

Recuerda que siempre ha tenido cierta curiosidad hacia la tecnología. "Al principio me imaginaba que haría prótesis o brazos robóticos que mejoraran la calidad de vida de las personas", señala. Sin embargo, conforme aprendió nuevas disciplinas dentro de la ingeniería, se dio cuenta de que quería "formar parte de la solución contra el cambio climático". Y por ello, tras hacer prácticas en una empresa de renovables, decidió matricularse en el máster universitario de energías renovables y sostenibilidad energética que está cursando ahora.

Su compañero de clase, David Seral, también se planteó hacer un máster al acabar el grado ;pero las circunstancias del destino quisieron que, al menos de momento, pospusiera esta decisión. "Desde junio del año pasado, antes de terminar la carrera, ya estaba contratado en BSH, donde había estado haciendo el TFG", señala. Esta "inesperada" situación provocó que haya decidido priorizar su situación laboral en el área de ingeniería en inducción de la planta de Montañana.

Este joven zaragozano siempre se había mostrado interesado por la tecnología y, según la información que aparecía en la página web de la Universidad de Zaragoza, fue valorando cuál era la titulación que más se adaptaba a sus intereses. Así acabó en Electrónica y Automática, que se imparte en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura (EINA). Tanto él como su compañera Laura eran conocedores de las elevadas salidas profesionales que tenían las ingenierías, sin embargo, aseguran, no fue esa la principal razón de su elección, que se sustentó, fundamentalmente, en la vocación.

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