aragón
Roberto Serrano: "La COP28 es más un apaño que un acuerdo"
Geógrafo. Investigador ‘Ramón y Cajal’ de Geografía Física en la Universidad de Zaragoza
Acaba de concluir en Dubái la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. ¿Una primera impresión?
Pasa una vez al año. Es una puesta de largo de la política en relación a un tema científico como es el cambio climático.
Vayamos con las conclusiones de la cumbre.
Ante todo, la COP28 no deja un compromiso real de cambio.
Ruina caracolera...
Se trata más de un apaño que de un acuerdo. Las conclusiones no son vinculantes, quedan a criterio de los gobiernos. Eso sí, al menos se basan en evidencias científicas. Pero la política global sobre el cambio climático vuelve a fracasar cuando más la necesitamos. Las medidas de adaptación al cambio climático requieren de grandes cambios en el modelo de consumo, energético y social.
Al menos, se ha alcanzado un acuerdo para reducir emisiones de gases de efecto invernadero.
Con 2050 como fecha clave. Esto limitaría en gran medida un escenario extremo de cambio climático. Se intenta no llegar a exceder en 1,5 grados la temperatura de niveles preindustriales. Lamentablemente, estamos muy cerca.
Occidente probablemente cumpla lo establecido. ¿Y China, Rusia e India?
No lo tengo del todo claro. Pero, cualquier acción que permita transicionar a un modelo más sostenible siempre es positiva. Aunque es cierto que hay muchos intereses en el camino.
La sede de la cumbre ha sido Dubái. Y la próxima, Azerbaiyán… Resulta paradójico el escenario, pues son dos grandes productores de energía fósil. No será esto un chanchullo de los ‘lobbies’ energéticos...
Está claro que se trata de una cumbre política que también sirve para cerrar otro tipo de acuerdos al margen de la COP28.
Y la energía nuclear ya aparece como alternativa. ¡Incluso dicen ahora que es verde!
La energía nuclear es verde desde la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania. Quizá la etiqueta verde es más política que ambiental...
¿Qué piensan de todo esto científicos aragoneses como Luis Alberto Longares, Miguel Ángel Saz, Martín de Luis o usted?
Nos ceñimos a la evidencia científica. Hay que considerar que las voluntades políticas cambian en función de las inercias sociales y mediáticas. Desde luego, es absurdo negar la evidencia científica.
¿Aparece el temor ante el futuro del planeta?
Más que temor, incertidumbre: lo que ocurra en el resto del siglo dependerá de cómo actuemos como sociedad.
Porque siempre temperatura e historia estuvieron íntimamente unidas.
Sí. Conocemos la evolución de la temperatura en los dos últimos milenios. Entre el año 400 y el 600 se conoce como el periodo de las migraciones.
Cuando se congeló el Rin: adiós al Imperio Romano...
Así es. La expansión bárbara coincide con el periodo más frío y húmedo de Europa en los últimos dos mil años. Esto favoreció la invasión bárbara hacia el sur.
Buscando el calorcito del sur...
Así llegó el asentamiento del Reino Visigodo en la península. Después, en el siglo VIII, comienza el periodo cálido medieval.
Por ese tiempo acaeció la invasión musulmana. Don Rodrigo, el Guadalete y todo para arriba hasta Poitiers…
Esa porción de la historia coincide con una elevación sensible de las temperaturas.
Entre otras cosas, buscaban el fresquico del norte...
Efectivamente, hubo expansión hacia el norte. Este periodo dura hasta el siglo XIV, cuando comienza en Europa la pequeña edad de hielo, periodo frío con muchos registros históricos.
El Támesis, helado…
E impactos sociales enormes, como pérdidas de cosechas, hambrunas… Este periodo concluyó aproximadamente a mitad del siglo XIX, cuando comienza la era industrial. Desde entonces, se ha producido el aumento de temperatura más elevado de los dos últimos dos milenios. Y, a diferencia de los anteriores, y esto es lo más preocupante, no responde a causas naturales, sino a la influencia del hombre.
