La escasez de agua en Barcelona ha movido a cuatro colegios profesionales catalanes a proponer la creación de un "corredor de agua de Cataluña", como prolongación del 'minitrasvase' del Ebro en Tarragona hacia la región de Barcelona. 

Así lo publican varios medios catalanes este viernes, que explican, citando a los colegios profesionales, que la nueva infraestructura hidráulica de interconexión solo estaría operativa en casos excepcionales de sequía, como la que afecta actualmente a Barcelona, o en casos de emergencia.   

En concreto, los cuatro profesionales que propone esta medida son los Ingenieros de Caminos, Ingenieros Agrónomos, Ingenieros Industriales y Economistas de Cataluña. 

Según explican en un manifiesto que han hecho público, plantean enlazar la red regional de la zona central de Cataluña, servida por el Ter y el Llobregat, con la del Consorci d’Aigües de Tarragona, que gestiona los caudales del Ebro.  

Su realización precisaría la aprobación de la Confederación Hidrográfica del Ebro, previa solicitud del Consorci d'Aigües de Tarragona. Según apuntan, requeriría una modificación de la ley estatal del 'ministravase' de 1981, en la que se establecía un límite geográfico para llevar el agua del Ebro circunscrito a la provincia de Tarragona, mientras que en el caso propuesto se adentraría en la de Barcelona. Según los firmantes del documento, no se trata de alterar la actual concesión, es decir, de mover más agua de la concedida, y tampoco de quitar recursos hídricos al consorcio citado,  "sino de hacerlo mejor".    

La conducción discurriría en un trazado de 65 kilómetros desde Constantí hasta El Vendrell para seguidamente continuar hasta Olèrdola, donde se enlaza con el sistema ATL La mitad de este trayecto ya está disponible. Según las mismas fuentes, se podría disponer de unos 50 hm3 de los aproximadamente 200 hm2 en que se ha estimado el déficit hídrico en toda la región central de Barcelona. Su coste está situado en unos 300 millones de euros. Las obras durarían unos 18 meses aproximadamente y estaría en  condiciones de disponer de la nueva infraestructura para el año 2025.

Los embalses de la región de Barcelona y Gerona están al 17,5% de su capacidad máxima, y, según el Pla de la Sequera (2020), cuando se sitúen por debajo del 16% se entraría en fase de emergencia, una situación que podría darse a mediados del mes de enero, según las previsiones de la Agencia Catalana del Agua.