Domingo de Silos Manso, diplomático: "Para tener peso internacional, hay que invertir"

Tras una larga carrera diplomática, Domingo de Silos Manso (Zaragoza, 1944), exembajador en Gabón, publica ‘Diplomacia ayer y hoy. España en el mundo’. 

El diplomático zaragozano Domingo de Silos Manso, en su domicilio de Madrid
El diplomático zaragozano Domingo de Silos Manso, en su domicilio de Madrid
Enrique Cidoncha

¿Por qué trata de arrojar luz sobre la profesión diplomática, que es discreta por definición?

Tenemos un interés internacional muy reducido, solo cuando hay un gran acontecimiento, como ahora en Israel o en Ucrania. Pero tú pregúntale a cualquiera qué está pasando con Polonia o con la India. Estamos presidiendo la Unión Europea, y ahora hay un conflicto muy grave. ¿Escucha alguien lo que está diciendo España?

¿Cómo definiría a un buen diplomático?

La labor diplomática es mucho trabajo de comprensión del país en el que estás, de entender los problemas, de tratar de encontrar un acuerdo, de asesorar a las empresas... La buena diplomacia tiene siempre su recompensa, pero tienes que ser un tío serio y lograr que confíen en ti.

¿Toda guerra es un fracaso de la diplomacia?

La diplomacia intenta evitar los conflictos armados, pero el ser humano es el ser humano. No todo se puede arreglar. El principio fundamental es que la política interior condiciona la política internacional, y viceversa. España es el paradigma de esto.

¿Qué puede hacer España en la crisis entre Israel y Palestina?

Para tener peso internacional hay que buscarlo e invertir recursos, económicos y humanos, y nosotros gastamos muy poco en exteriores, debería ser muy superior.

La bicefalia del Gobierno provocó una crisis con Israel.

Tenemos una parte del Gobierno que se manifiesta justo contrariamente a la otra parte. Eso no le beneficia nada a nuestras relaciones internacionales. El resto de los países piensan, ¿qué acuerdos vamos a alcanzar con ellos?

España pasó de ser un imperio al aislamiento. ¿Nos ocupan demasiado los problemas internos?

Vivir sin un aliado, sin unos amigos que te echen una mano cuando lo necesitas, tiene un coste, se paga. Y España durante el siglo XIX y buena parte del XX no tuvo aliados, en realidad, hasta la entrada en la OTAN y en la UE.

¿Cómo se ejerció la diplomacia en la aislada España de Franco?

Se hizo lo que se pudo por mantener la presencia de España en el exterior. No solo eso, desde los 60 hubo una gran inmigración española a Europa que no hablaba el idioma, los viajes eran horrendos... Los diplomáticos hicieron lo que estuvo en su mano para ayudarlos.

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