Las familias denuncian el retraso en el pago de las becas de comedor de verano

Educación sostiene que se empezarán a abonar el día 11. Alrededor de 11.000 niños tienen derecho a esta ayuda

Una trabajadora prepara las mesas del comedor escolar del colegio Emilio Moreno Calvete.
Una trabajadora prepara las mesas del comedor escolar.
Guillermo Mestre

Las becas de comedor destinadas al periodo estival llegarán, como pronto, a partir del próximo martes. Al menos, así lo aseguran desde el Departamento de Educación, mientras que son varias las familias que critican estos retrasos

Reprochan que se trata de una ayuda que ya no es que no esté para verano –que es su finalidad– sino que no llega ni en septiembre, para el inicio del nuevo curso académico, desde el que ha pasado ya más de un mes. «Se debe abonar lo antes posible. No olvidemos que es una ayuda para comer en verano y que hay familias que lo necesitan con urgencia», recuerdan desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fapar), que reconocen que cada semana les llaman familias preguntando por esta cuestión.

Son alrededor de 11.000 los alumnos beneficiarios de esta ayuda de 180 euros por menor, que se aumenta en 120 euros por cada hermano que conviva en la misma unidad familiar siempre que cumpla, según establece la normativa, los requisitos marcados. Todo ello, hasta un máximo de 600 euros por núcleo familiar. 

«Siempre las he utilizado para la primera compra de ropa y de materiales, pero cada año llega más tarde. Alguno, incluso, en noviembre», lamenta N. R. H, madre de cinco hijos, de los que dos tienen derecho a esta ayuda. Critica que, pese a que el Departamento de Educación es conocedor desde principio de curso de cuántos alumnos tienen derecho a la ayuda, no sea lo «suficientemente previsor» para abonarla en tiempo y forma. 

«Y son conscientes de nuestras situaciones porque todos los años nos piden la documentación para comprobar que cumplimos los requisitos», recalca, mientras reitera lo «vergonzoso» que es que casi siempre se produzca el mismo problema y que, además, «ya no te contesten ni al teléfono cuando llamas a preguntar».

«Va a llegar el frío y necesito esos 300 euros para poder comprar cazadoras y zapatos a los niños», recalca esta mujer perceptora del Ingreso Mínimo Vital (IMV), que tuvo que pedir dinero prestado para poder comprar, al inicio del curso, los materiales escolares. 

Los libros le han supuesto casi 400 euros –de sus tres hijos en edad escolar, dos que tienen derecho a la ayuda de comedor y otro que va al instituto–, aparte de lo que cubre la beca. «Y a ello hay que sumar los materiales, otros 70 euros por cada uno y eso que he ido buscando ofertas de 3x2, he reciclado estuches y algunas mochilas. 

Los colegios piden muchísimas cosas y algunas incluso de marcas concretas», puntualiza. Asimismo, lamenta que la educación «no sea realmente gratuita como se dice».

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