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La jura de bandera de Leonor: Un acto multitudinario marcado por la emoción y las tradiciones
La Heredera fue la gran protagonista de una ceremonia presidida por los Reyes en la Academia General Militar. Mañana comenzará el segundo curso de su formación.
Desde primera hora de la mañana, el bullicio en la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza fue continuo. Los jóvenes cadetes cumplieron con la tradición de madrugar como un día más para una carrera matutina. A partir de las 10.30, el aparcamiento empezó a llenarse y la carretera de Huesca presentaba una larga fila de vehículos que accedían al recinto engalanado.
Los nervios se palpaban. Hasta 64 periodistas de 34 medios se acreditaron para cubrir este acto, lo que da idea del interés que suscitó. A las 11.30, los alumnos de la Academia empezaron a formar en los pasillos que rodean el Patio de Armas cantando algunos himnos.
Doña Leonor, como el resto de caballeros y damas cadete, lució el uniforme de época de 1882, cuando se creó la Academia en Toledo, de pantalón rojo y casaca azul marino, y portó el fusil de madera ‘Mauser’. El color del penacho del sombrero (ros) revela el curso. El rojo, que llevaron la Princesa y sus compañeros de promoción, corresponde a primero y segundo. Las plumas blancas son de tercero y cuarto y las azules identifican a los cadetes de complemento, que entran con una formación académica y reciben la militar.
Faltaban diez minutos para las 12.00 y más de 2.500 personas, entre autoridades civiles y militares, los cadetes y sus familias, ya llenaban el Patio de Armas, con las gradas instaladas desde hace días para poder ensayar. Cada cadete recibe cuatro invitaciones, más dos extra si las necesita. Cuando no queda sitio en los graderíos, el acto lo pueden seguir desde las ventanas de los edificios. Asistieron la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, y el delegado del Gobierno, Fernando Beltrán, entre otras autoridades.
La fotografía más buscada
Tras las doce campanadas que dio el reloj, sonó el himno nacional, seguido de 21 salvas, y entraron los Reyes. Felipe VI pasó revista a las tropas y, al hacerlo, lo hizo por delante de su primogénita. Él esbozó una discreta sonrisa. La Heredera al trono mantuvo el semblante serio. Sobre ella estaban puestas todas las miradas y la responsabilidad era grande. Fue una de las fotografías más buscadas, cargada de significado y digna del álbum familiar de la Casa Real. Una vez en la tribuna de autoridades, los Reyes intercambiaron miradas cómplices.
La dama cadete unió su voz a la de sus compañeros para responder a la fórmula del juramento todos con un "¡sí, lo hacemos!". Fue el momento más solemne. Como futura reina y jefa suprema de las Fuerzas Armadas, Leonor se dirigió la primera a besar la bandera. La Reina estuvo al borde de las lágrimas y dejó escapar un suspiro de alivio cuando superó este momento de gran importancia. Hubo aplausos y la Heredera retomó el desfile en solitario dando muestras de entereza.
Durante más de media hora fueron cumpliendo el ritual, como una coreografía, uno a uno los cadetes. Sus allegados sabían qué posición ocupaban e intentaban captar el instante justo del beso. "Allí está, guapo, guapísimo", se escuchó. Y también en femenino, porque hay 49 mujeres. Los tres últimos, uno con un brazo en cabestrillo y dos con muletas, fueron ovacionados. Llegó luego el segundo pase ante la enseña en formación de tres por debajo del arco que formaron la rojigualda y el sable que sujetó el director de la AGM, Manuel López.
Eran las 13.15 y, aunque el día amaneció nublado, el sol salió con fuerza y dio algún que otro pequeño susto. Hubo más de un desvanecimiento, algo habitual por el calor. Unos se repusieron al instante y otros, tras abandonar unos minutos la formación y recibir atención, volvieron a ella.
Tras las alocuciones del director de la AGM y el Rey, hubo un homenaje a los caídos por España y la Princesa entonó con brío el himno de la Academia. Otro momento significativo se vivió pasadas las 13.30 en el desfile que puso el punto final a dos horas de ceremonia. Todos los cadetes marcharon ante los Reyes, fusil en mano, y la dama cadete Borbón Ortiz fue una más. A partir de mañana, tras el fin de semana en Madrid, empezará el segundo curso dentro del programa académico diseñado de propio para ella.
