Aragón ha vivido una importante evolución en su consumo de energía en los últimos 25 años, disminuyendo paulatinamente el uso del carbón por otras fuentes más limpias, como las renovables, que han pasado de representar un 12% en 1998 a un 38,7% en 2022. La apuesta por este tipo de proyectos suponen un gran impacto en la Comunidad, tanto a nivel socioeconómico como medioambiental. Así lo demuestra un estudio realizado por Blanca Simón, María Asunción González y Antonio Montañés, profesores de la Universidad de Zaragoza, en el que presentan resultados muy relevantes sobre el potencial que tiene en la producción y el empleo un futuro comprometido con el medioambiente.

La inversión en eólica y fotovoltaica, la generación de esa energía durante los 30 años de vida útil de las instalaciones y los impuestos derivados de estas actividades afectan significativamente al PIB de la Comunidad. Y aunque no todo el gasto se realizará en Aragón, ya que algunos productos y servicios tendrán que importarse, sí lo hará un porcentaje muy relevante.

«Entre el 2022 y el 2024, la inversión prevista es de 3.722 millones de euros en energía eólica y de 954 millones de euros en fotovoltaica. Calculamos que un 60% de ese gasto se realizará en Aragón, lo que supone unas cifras muy elevadas», explica Blanca Simón. Además, esta demanda directa genera un efecto de arrastre del 30% y del 32,3% respectivamente, lo que repercutirá positivamente en sectores relacionados.

Además de la inversión, que implica unas cifras muy elevadas por el desembolso inicial que hay que realizar, estos proyectos en energías renovables implican también efectos a largo plazo. Tanto los gastos derivados de la generación de esa energía como el pago de una gran parte de los impuestos se realizan durante todos los años de vida útil de las instalaciones.

Según el estudio, una vez instalados los molinos, cada turbina eólica cuesta, de media, 18.300 euros por cada MW al año, lo que multiplicado por todas las instalaciones previstas hasta 2024 alcanza una cifra de 314 millones de euros de demanda directa. En el caso de las placas fotovoltaicas, el mantenimiento de un MW supone 9.500 euros al año, lo que supone 60 millones de demanda directa. «Nuestra hipótesis es que el 73,8% de este gasto se quedará en Aragón, porque la mayoría de productos y servicios que se necesitan se realizarán a través de empresas locales», añade Blanca Simón. A todo ello hay que sumar el efecto de arrastre, que supondrá un 39,2% según el informe de Unizar.

En el caso de los impuestos y cánones derivados de esta actividad, existen tanto puntuales como permanentes. Durante el proceso de inversión hay que pagar un 3% por el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), que es un gasto puntual. El resto, como el Impuesto de Bienes Inmuebles de Características Especiales, el Impuesto de Actividades Económicas, el pago de 8000 euros al año a los propietarios de los terrenos por cada molino eólico o de 1.200 euros por cada hectárea en el caso de la fotovoltaica, son permanentes. «Hemos calculado que el 77% de todo este dinero generado se dedicará al consumo, por lo que gran parte llegará a la economía aragonesa. Los impuestos y cánones alcanzan unos 161 millones de euros de demanda directa en el caso de la energía eólica, y unos 52 millones en la fotovoltaica. Además, en ambos casos se genera un efecto de arrastre en torno al 29,6%», resalta.

En términos generales, el efecto económico total sobre la demanda de la inversión, la generación y los impuestos de 2022 a 2024 representarán un total de 6.943 millones de euros. Ante estas cifras, resulta evidente el gran impacto que suponen los proyectos de energías renovables para el PIB de la Comunidad. En palabras de Blanca Simón: «Este sector de las renovables supondrá un porcentaje del PIB aragonés entre el 4,9 y el 6,6%, lo que podría superar el 6% que supone el sector del automóvil y se acercaría al 10% del sector agroalimentario, los dos grandes pilares actuales de la economía aragonesa».

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Generación de empleo

La importancia del sector de las energías renovables en Aragón se refleja en el desarrollo económico que genera en el territorio, que no solo tiene un efecto positivo en el crecimiento del PIB de la Comunidad, sino que enriquece las regiones mediante las rentas a los propietarios de las parcelas del medio rural, la generación de puestos de trabajo directos e indirectos y la generación de ingresos para los Ayuntamientos donde se asentarán los proyectos.

Entre 2022 y 2024, se estima que los proyectos de energías renovables generen un total de 80.276 puestos de trabajo, de los cuáles 63.967 estarían relacionados con la energía eólica y 16.309 con la fotovoltaica. Dentro de ellos se engloban todos aquellos empleos directos e indirectos relacionados con la inversión, la generación de energía y el pago de impuestos. La maquinaria, el material eléctrico, el equipo mecánico, los productos de construcción, los servicios de transporte, los de intermediación financiera o los de administración pública son algunas de las ramas donde se generará más empleo. «Aquellos asociados con la generación de energía y el pago de impuestos y cánones son más duraderos en el tiempo, por lo que permanecerán, en gran parte, hasta 2044, suponiendo una vida útil de los equipos eólicos y fotovoltaicos de unos 30 años», señala Blanca Simón.

La estimación que hacen en el estudio sobre la participación del empleo en la ocupación de Aragón se encuentra entre el 3,6% y el 5%, cifras que superarían el 2,42% del sector del automóvil. 

Beneficios medioambientales

Menos emisiones de C02

 En 2021, se dejaron de emitir el equivalente a 5,3 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, cifra que se elevará por encima de los 12 millones de toneladas en el año 2024. Esta última cifra corresponde con 4,6 millones de hectáreas de bosque, un 23% de la masa forestal total de España.

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Ahorro monetario

Se ahorran costes de emisión de CO2 a la atmósfera, que con las cifras previstas para 2024 supondrían 605 millones de euros. Además, se evitaría la compra de 2,2 millones de toneladas de petróleo, unos 960 millones de euros. Esto conllevaría un ahorro considerable en la balanza comercial de Aragón.

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Menor dependencia energética

Las instalaciones de placas y molinos conllevaría una notable disminución de la dependencia energética de la Comunidad.

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Prevenir y proteger

Cabe mencionar que tanto la construcción como la presencia de molinos y placas afecta al entorno, la vegetación y la fauna. Por ello, el órgano ambiental ha planteado medidas enfocadas a prevenir y compensar los impactos producidos por la instalación de proyectos de energía renovable.

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