El estigma social, el gran obstáculo de las personas con enfermedad mental para encontrar empleo

"En el día a día de una persona con enfermedad mental es muy importante contar con una rutina laboral, porque te sientes mucho mejor sabiendo que tienes algo útil que hacer cuando te levantas. Un puesto de trabajo te genera ingresos que te dan autonomía para poder hacer muchas cosas. Además, te relacionas con otras personas y entablas relaciones con ellos".

De esta manera define Víctor, usuario de la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme-Aragón) desde 2019, lo importante que es para este colectivo disponer de un puesto de trabajo digno. Un espacio donde desarrollarse como persona y demostrar su valía como profesionales, algo que él, a sus 38 años, demuestra dentro del sector de la limpieza, con un contrato fijo de 16 horas semanales, el único puesto al que ha podido acceder a pesar tener dos grados superiores, en Gestión y Finanzas y en Animación Sociocultural.

Conscientes de esta necesidad, en Asapme Aragón disponen del Servicio de Orientación Laboral (SOL), donde se encargan de acompañar a estas personas antes, durante y después de que encuentren trabajo. Y lo hacen orientándoles de manera totalmente individualizada, atendiendo a sus necesidades personales e inquietudes laborales. "Posteriormente, les ayudamos en la búsqueda activa de empleo y, tras la inserción laboral, seguimos llevándoles de la mano cuando lo necesitan, hasta el punto de que, en muchos casos, mantenemos una línea de comunicación directa con las empresas contratantes para ver la evolución", indica Isabel Arceiz Larraga, terapeuta ocupacional y responsable del SOL de Asapme Aragón.

Un servicio muy necesario y demandado que, en 2022, prestó atención a más de 230 personas, de las cuales el 48% correspondieron a mujeres y el 52% hombres. "Además, aunque el rango de edad mayoritario de atención es de los 42-48 años, este año hemos observado un incremento en el número de participantes de 18 a 40 años, que llega al 40%. Los grupos mayoritarios son aquellos cuyas edades oscilan entre los 36-40 y los 24-30 años», señala Isabel.

Aunque es cierto que el reto de encontrar trabajo supone una dificultad en sí misma, en el caso de una persona con problemas de salud mental es aún más difícil por muchas razones, pero sobre todo por el estigma que existe relacionado con las enfermedades mentales. "Es muy necesario concienciar a la sociedad, en general, y a las empresas y centros especiales de empleo, en particular, de que este colectivo puede desarrollar muy bien su trabajo si encuentra apoyo y comprensión", explica Arceiz.

Una opinión compartida por Víctor, quien cree que, aunque se ha avanzado mucho en el terreno de la integración laboral de este colectivo, "todavía quedan muchas cosas que hacer. La gente no entiende nuestro problema. Si lo entendieran sería mucho más fácil la inclusión laboral y social», afirma mientras que recuerda que en este servicio «nos enseñan a preparar bien las entrevistas y los currículum, así como otras muchas cosas que nos sirven para la búsqueda activa de empleo", concluye Víctor.

En este sentido, la orientación que reciben en el SOL es muy importante, ya que se encargan de gestionar todos aquellos asuntos relacionados con las habilidades sociales.

¿Qué hacemos para mejorar la inclusión?

Entre las actividades que se realizan en el SOL se incluyen talleres de búsqueda de empleo por internet, charlas de motivación para el empleo, competencias digitales o cursos de operaciones auxiliares administrativas, así como de jardinería.

En 2023, han desarrollado el programa integral para la mejora de la empleabilidad y la inserción de personas con discapacidad colaborando con el Instituto Aragonés de Empleo. También desarrollan otros programas junto con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales para la mejora de la empleabilidad e inclusión a través de itinerarios sociolaborales. Y cuenta con la colaboración de entidades privadas como Ibercaja. Así mismo, son frecuentes las reuniones con empresas privadas que ofertan empleo.