De acuerdo al último padrón publicado este domingo por el Ayuntamiento de Zaragoza, la capital aragonesa es ya el cuarto núcleo más poblado del país, tras adelantar, por poco y después de una larga persecución, a Sevilla. Aunque la ciudad andaluza dispone un área metropolitana mucho más grande que la zaragozana, ganar un puesto siempre eleva el autoestima de los ciudadanos. Pero este no es el único factor a tener en cuenta a la hora de medir la evolución de los empadronados.

Según la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), es el censo el que determina el número de ediles que componen la corporación de cada localidad. De hecho, en las próximas elecciones, medio centenar de municipios de Aragón verán modificada su corporación por los cambios de población.

En este sentido, batir a Sevilla no supone un cambio, pero está muy cerca. Si Zaragoza lograr superar la barrera de los 700.000 habitantes según el censo del INE (que siempre es algo inferior al padrón municipal), la capital aragonesa sumaría otros dos ediles hasta los 33.

Además, el reparto de algunas partidas de financiación estatal, autonómica y provincial se concreta en función de la población, por lo que cuantos más vecinos empadronados más dinero obtienen las arcas municipales.

De igual modo, las grandes ciudades del país se benefician en ocasiones de planes específicos, con dotaciones económicas superiores que para el resto de municipios. Y en algunos casos, la capital aragonesa se ha quedado excluida en el pasado. Así ocurre, por ejemplo, con la financiación estatal para el transporte público urbano. Desde el Consorcio Metropolitano llevan tiempo reclamando un trato similar al que reciben Madrid, Barcelona o Valencia. Esta última recibe 38 millones de euros, frente a los 7,5 de Zaragoza.