¿Se nos han ido de las manos las fiestas de cumpleaños infantiles? Hace unos días HERALDO lanzó una encuesta abierta a la participación de los lectores para responder a esta pregunta y para que nos contaran sus experiencias más descabelladas.

Tras unos días con la encuesta activa se puede concluir que los escolares aragoneses asisten a entre 5 y 10 cumpleaños al año, invitan a más de 10 amiguitos y ponen de 5 a 10 euros para comprar el regalo al homenajeado. Además, la mayoría de la gente disfruta de una doble celebración: una con la familia y otra con los amigos del colegio. En concreto, esto le sucede al 80,3% de los que participaron en la encuesta.

En cuanto al número de fiestas de cumpleaños a las que se acude al año, las respuestas están más ajustadas. Aunque el 40,8% asegura ser invitado a no más de 10 cumpleaños, no es desdeñable el porcentaje de los que tienen en el honor de recibir más de 10 invitaciones, un 28,9%. Y los que van a menos de 5 suponen el 30,3%.

El número de asistentes también anda igualado entre los que invitan a más de 10 personas (un 47,4%) y los que lo hacen a entre 6 y 10 (42,1%). Y a la hora de poner dinero para el regalo, la respuesta es bastante contundente: el 68,4% no pone más de 10 euros. En lo que sí están de acuerdo muchos padres, el 65,8%, es en que sus hijos tienen una amplia vida social, incluso mayor que la suya propia.

Resultados de la encuesta

Los lectores creen que, en general, la media de asistentes a las celebraciones es baja, aunque de vez en cuando hay cumpleaños de hasta 20 invitados o, incluso "25 niños saltando en las colchonetas" de un conocido parque infantil mientras sus padres toman algo. Hay quien piensa que "invitar a toda la clase es desproporcionado. No aprenden a valorar el momento y el esfuerzo de los padres". Según esta misma persona, la parte buena de tantos invitados es que el gasto se reduce y permite colaborar en el regalo y en la organización y evita "una avalancha materialista de regalos para el cumpleañero".

Como en todo, cada uno es libre de hacer o pedir a los invitados lo que considere, como cuenta un lector que en un cumpleaños tuvieron que "poner dinero para regalarle un viaje a Eurodisney" al niño u otro que asegura que asistió a una fiesta infantil con "barra libre de cubatas y una camarera algo picante". Y por supuesto, también están los que ven en estas fiestas una manera de premiar a sus hijos cuando se portan bien y sacan buenas notas. Así lo explica este lector: "Yo les voy a montar sendos fiestones a mis hijos este verano porque me lo han pedido, son buenísimos, sacan notazas y se lo merecen".