Despedida política con denominación de origen en las Cortes de Aragón

Más de una decena de parlamentarios, entre ellos Sada y Aliaga, dicen adiós en su último pleno y cruzan invitaciones para confraternizar en sus pueblos con productos típicos.

El diputado socialista y alcalde de Bujaraloz, Darío Villagrasa, ha endulzado el pleno con una caja de magdalenas.
El diputado socialista y alcalde de Bujaraloz, Darío Villagrasa, ha endulzado el pleno con una caja de magdalenas de su pueblo.
Guillermo Mestre

La caja de magdalenas de su pueblo que ha llevado al pleno de las Cortes el alcalde de Bujaraloz y diputado autonómico, Darío Villagrasa, ha logrado el objetivo de endulzar la última sesión de la legislatura, marcada por las despedidas más que por la contienda dialéctica.

El primero en decir adiós tras 20 años de carrera política ha sido fue el presidente de la Cámara, Javier Sada, quien ha aclarado que el hecho de que vaya a cobrar la pensión no quiere decir que se jubile porque, ha dicho, "uno no se retira nunca ni de la medicina ni de la política". Y ha abierto la ronda de invitaciones, en su caso a "cerveza con pincho", a los que acudan a su pueblo. Ateca, y siempre que no sean "muchos".

Le ha tomado el testigo el vicepresidente aragonés, Arturo Aliaga, quien por un momento ha parecido que se arrancaba a cantar con tanta referencia a la música para referirse con satisfacción a sus 16 años de trayectoria y para admitir, como en la jota, que "despedirse no quisiera", aunque no le quede más remedio por "esas cosas de la convulsión del aragonesismo". Eso sí, ha trasladado a todos que como se canta en las fiestas les decía "adiós con el corazón".

Aliaga ha señalado a todos que dejaba el teléfono abierto, al igual que ha ha hecho el liberal José Luis Saz, con la misma disposición a "ayudar". Su compañera Loreto Camañes ha seguido con la invitaciones, en su caso a Teruel. "En la mesa pondré un buen plato de jamón denominación de origen de Teruel con queso de Tronchón y aceitunas del Bajo Aragón", ha detallado.

La cosa se ha animado y la turiasonense Ana Cristina Sainz (PP) también ha invitado a todos a "cañas y vinos", lo que ha provocado que Sada, con sorna, avisara al resto de que no se vinieran arriba porque son 67 parlamentarios "y con ganas".

La emoción y las lágrimas las ha puesto la nacionalista Carmen Martínez, que contagió a la podemista Marta de Santos. Y así se ha ido  sucediendo una interminable despedida de seis horas en la que tampoco han faltado las reivindicaciones, como las de Vanessa Carbonell, que se marcha con el honor de haber sido la primera diputada gitana.

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