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José Manuel Lorenzo: "Hoy cumplo 100 años y sigo leyendo a diario el HERALDO"

Capitán de Sanidad jubilado.

José Manuel Lorenzo, ayer en el salón de su casa.
José Manuel Lorenzo, ayer en el salón de su casa.
José Miguel Marco

Hoy cumple cien años José Manuel Lorenzo Rodrigo. Ayer ya festejó su centenario rodeado del cariño de sus seres queridos.

¡Qué contentos están todos en casa!

Hábleme mejor por el otro oído, que por este oigo bastante peor.

Cambiamos de silla, y así me escuchará mejor. Le decía que veo felicidad por todos los rincones de la casa.

Sí. Hoy cumplo 100 años, pero ayer ya lo festejamos. Se celebró una misa en la iglesia de la Sagrada Familia, y luego tuvieron a bien hacerme una fiesta en el barrio de Torrero, al que siempre he estado muy unido.

Pero usted no es de Zaragoza.

Nací en Fresno de Sayago, en Zamora; pero me siento zaragozano y aragonés. Vine a hacer la mili aquí a los 21 años, en 1944, y aquí me quedé. La mili la hice en Sanidad Militar. Me formé como enfermero. Hice varios cursos, algunos en Madrid, estuve en el servicio de Traumatología del Hospital Militar de Zaragoza durante casi toda mi vida. Cuando ascendí a teniente, me destinaron a Ceuta. Allí estuve año y medio. Regresé a Aragón, al Hospital Militar, hasta mi retiro como capitán secretario del centro.

¿La medicina es la única razón por la que se siente tan unido a Zaragoza?

La medicina, la sanidad militar, ha sido muy importante en mi vida; pero me volví aragonés porque conocí a mi mujer, Milagros, y me enamoré. Recuerdo que vimos la película ‘Juntos hasta la muerte’, y hasta la muerte estuvimos juntos.

Qué bonito es el amor...

Ella murió hace tres años. Tuvimos cuatro hijos: Milagros, Mari Cruz, José Manuel y Francisco. Las dos hijas son enfermeras, José Manuel es licenciado en empresariales y profesor, y Francisco es médico en Barcelona. También tengo seis nietos y tres biznietos.

Decía antes que estaba muy unido a Torrero.

Efectivamente. Tenía igualas. Allí me tocó hacer de todo como enfermero: allí cosía, sacaba cuerpos extraños… Era el enfermero de todo Torrero. Era rara la noche que no tenía alguna visita o me llamaban para una urgencia. Hasta alguna vez dejaba la puerta de casa abierta por la noche, y el vigilante me llamaba. No es como ahora, que aunque estén cerradas, te las abren...

¿Y este HERALDO de hace justo un siglo que me enseñan aquí?

Es del 27 de febrero de 1923. Me lo regalaron y me hizo mucha ilusión. El HERALDO lo he leído desde siempre, desde que llegué a Zaragoza. Somos suscriptores desde hace muchísimo tiempo. Ahora tiene muchas más páginas, color; pero el de hace un siglo me hace una ilusión tremenda.

Poco queda de entonces en Zaragoza…

El Pilar, la Puerta del Carmen, el Heraldo… El HERALDO lo leo todos los días. Ya ve usted, hoy cumplo cien años y lo sigo leyendo. Es más, es lo primero que hago cuando desayuno y antes de oír misa a las 11.00.

¿Escucha la misa aquí en casa?

Sí, porque no me dejan salir solo a la calle.

¿Qué lee con más interés en el HERALDO?

Todo. Me gusta seguir la actualidad política, sobre todo las elecciones. También sigo los sucesos y las esquelas. Hasta les digo a mis hijos si ha fallecido algún conocido. Y, por supuesto, leo mucho los deportes.

¿Qué deportes le gustan?

Todos.

¿De qué equipo es usted?

Del Real Zaragoza. Y después, del Madrid. Del Madrid, pero del Real, no del Atlético… Ahora sigo también mucho a las chicas del baloncesto femenino, que van muy bien.

Sí, señor, veo que está al día. ¿Qué le gustaría leer en el HERALDO de mañana?

Que, por fin, ha llegado la paz en el mundo.

Palabra de capitán militar...

Por supuesto. Y, desgraciadamente, cada vez está más difícil.

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