Los Bomberos de Zaragoza salvan a una mujer en Turquía: "Si no la rescatamos, no pasa la noche"
El responsable del equipo de salvamento describe la ciudad de Adiyaman "está devastada". "Lo que no se ha derruido está tocado", dice.
En una carrera contra reloj por la vida, los siete bomberos zaragozanos que, junto a sus tres perros, se han desplazado a la zona cero del terremoto de Turquía salvaron ayer de una muerte segura a una mujer de unos 60 años que estaba atrapada entre los escombros. "Si no la hubiéramos rescatado, la noche no la pasa porque estaba completamente deshidratada y aquí hace un frío de narices. Es un salvamento ‘in extremis’. Alabado sea el Señor, porque por los pelos", explica Quique Mur, el responsable del dispositivo.
48 horas después del terremoto que ha causado más de 11.500 muertos en Turquía y Siria, el equipo zaragozano ya está sobre el terreno. Está trabajando en Adiyaman, una ciudad del sureste de Turquía de 329.060 habitantes completamente destrozada por el seísmo.
En la zona próxima al hotel Bozdogan han colocado sus tiendas de campaña y su material para sumarse al descomunal dispositivo de búsqueda de supervivientes que hay en la zona, repartidos en dos equipos y con el apoyo de los perros: Tom, Dea e India. "Esta ciudad está devastada, van a tener que tirarla en un porcentaje elevadísimo, porque lo que no se ha derruido está tocado", explica Mur.
No hay un momento para el descanso (apenas han dormido desde que llegaron a la zona del siniestro) porque cada segundo cuenta. Como explica Quique Mur, a los zaragozanos se les ha dado prioridad, "dado que los perros de rescate son lo más valioso". Divididos en dos equipos, pero con contacto visual entre ellos, se han lanzado en busca de supervivientes. "Parece muy inestable, pero hay unos huecos de vida a la derecha, si marcara algo el perro, por esa zona de cristales…", dice Mur en un vídeo mientras desarrolla su labor de búsqueda..
Finalmente, uno de los equipos de salvamento desplegados en la zona ha escuchado gritos de socorro y, después de que un perro de rescate "marcara" el lugar, ha requerido la ayuda de los bomberos zaragozanos. "Hemos ido al encuentro. Había un bombero voluntario con un martillo compresor haciendo un agujero y hemos parado, hemos pegado un grito y la hemos oído", recuerda. Ante esto, hicieron un butrón en el forjado.
Además de Quique Mur y Alejandro Loire, han participado en el rescate las sanitarias Leticia Villuendas y Marta Gasca y otros cuatro bomberos de otro país. "Hemos ido a relevos haciendo el agujero en el forjado, como si fuera una tarta de galletas", explica Mur, que cuenta en su equipo además con Enrique Verges, Pablo Monsalve y Emilio Ramón, que están a cargo de los perros..
"Nos hemos encontrado a la señora debajo de unos bloques que le habían caído encima, pero sin aplastarla. Estaba muy contusionada, pero nada grave", dice. Eso sí, el alto grado de deshidratación que presentaba la mujer y las bajas temperaturas en Adiyaman hacían prácticamente imposible la supervivencia.
Marta Gasca la ha estabilizado y con dos bomberos turcos la han sacado con gran dificultad por el agujero. La mujer se dormía por el efecto de la medicación. "Como no llevaba nada roto, hemos tirado a base de maniobras manuales, porque en el último tramo hubiera habido que abrir más el agujero y eso hubiera retrasado el salvamento", afirma el bombero zaragozano. Para Mur, el rescate ha sido poco más que "un milagro".
Hasta que el próximo sábado regresen a la capital aragonesa, los siete bomberos zaragozanos seguirán ahora trabajando entre los escombros sin apenas descanso, «a piñón» como dice Mur. "El tiempo cuenta", concluye.
