La tragedia de la joven familia zaragozana fallecida en el accidente de Torralba

Inés Bellido, embarazada de una niña, y Tomás Aróstegui viajaban con su hijo de 2 años. Murieron todos calcinados en el accidente de Torralba de Ribota.

Inés Bellido, en la presentación del proyecto de la calle Delicias de Zaragoza.
Inés Bellido, en la presentación del proyecto de la calle Delicias de Zaragoza.
Toni Galán

La familia zaragozana fallecida este viernes en un accidente de tráfico en la carretera de Torralba de Ribota estaba formada por Inés Bellido y Tomás Aróstegui, quienes viajaban junto a su hijo de dos años

Ella estaba embarazada de una niña y actualmente trabajaba en la Cámara de Comercio de Zaragoza y colaboraba con el Ayuntamiento de Zaragoza en la creación de nuevos ejes comerciales de la ciudad, como se puede apreciar en la imagen en un acto en la calle Delicias. Él era profesor en el Colegio de Fomento Montearagón de la capital aragonesa y el pequeño acudía al Kids Garden Reino de Aragón, un edificio colindante.

Bellido era licenciada en Derecho por la Universidad de Zaragoza. Había realizado cursos de Postgrado de Derecho y Sociedad Mercantil y el curso de Gestión de Comunicación, Producto y Protocolo Empresarial por la Universidad Abierta Interamericana.

Perteneció al departamento legal de las Cortes de Aragón y también al Departamento Jurídico de Barrabés Internet. Además, fue de las más jóvenes del Equipo Docente del Centro Internacional de Especialidades, “dispuesta a aportar entusiasmo, energía y músculo”, dijo en su momento.

Se consideraba una apasionada por la Cooperación Internacional, de hecho, había trabajado en distintos proyectos en India y América Latina, con la Fundación Madre Teresa de Calcuta, Fermale Orphanage of the City of Coimbra y con Center Vértice.

Tomás, originario de Bilbao, era profesor desde septiembre de 2015 en el Colegio de Fomento Montearagón de la capital aragonesa. Además de impartir asignaturas en inglés, era tutor de una clase, el adjunto de primaria y el impulsor de varios programas relacionados con el medio ambiente, como el huerto escolar. "Deja un hueco muy importante, era muy querido por los alumnos, sus compañeros y las familias", ha recalcado Juan Herminio, director del centro. 

En este sentido, ha recordado que todos los días, Aróstegui estaba media hora antes del inicio de las clases en la puerta del colegio, junto con el subdirector, saludando a las familias y dando la bienvenida a los escolares. "Era una persona muy abierta y alegre, creaba muy buen ambiente a su alrededor. Y presumía con sano orgullo de ser vasco", ha recordado con nostalgia.

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