La gestión política de las plazas y los plazos
A ningún líder le gusta que le marquen ni los pasos ni los plazos. Y menos cuando vivimos una tempestad política que ahoga al centro y castiga a izquierda y derecha, casi a partes iguales. Si hace una semana sufría Lambán la ira del sanchismo por decir en voz alta lo que todos sabían que pensaba, ayer le llegó el turno al popular Jorge Azcón, sin previo aviso y en pleno puente, al desvelar su líder nacional, a lo gallego, el futuro que le desean en Génova desde que asumió la presidencia.
No puede estar más revuelto el patio político aragonés, donde un desliz puede decantar la balanza a uno u otro lado. El centro se tambalea por sentencias judiciales y ‘luchas fratricidas’ que no llevan a ningún lado. El socialismo aragonés reniega de los ‘premios’ de Sánchez a los independentistas para coronarse, a partir de junio de 2023, líder europeo. La izquierda se rompe; la derecha extrema espera órdenes. Y llegan sin esperarlas consignas al PP-Aragón, que cuestionan el mando el plaza y también los plazos.