experto en seguridad vial

"Las señales de tráfico no se respetan porque en ocasiones no son creíbles"

El profesor de la Universidad de Zaragoza Juan José Alba publica un libro sobre los errores en el análisis de accidentes. "La investigación científica permite reducir los siniestros", afirma

JUAN JOSE ALBA ( PROFESOR DE UNIVERSIDAD ) / SEGURIDAD VIAL / 07/11/2022 / FOTO : OLIVER DUCH[[[FOTOGRAFOS]]]
Juan José Alba es Doctor ingeniero industrial y experto en el análisis de accidentes de tráfico en la Universidad de Zaragoza desde hace 30 años.
Oliver Duch

Doctor ingeniero industrial y especializado desde hace 30 años en el estudio de los accidentes de tráfico y la seguridad vial de la Universidad de Zaragoza, Juan José Alba (Zaragoza, 1963) publica el libro ‘Accidentes de tráfico: los errores en la investigación’. ¿Por qué?

Un fallo en el atestado de un siniestro en carretera te cambia la vida. Literalmente, de repente, sufres un accidente y te colocan un muerto. Lo grave no es equivocarse, que lo podemos hacer todos, sino las consecuencias para las personas que se ven envueltas en un siniestro. El libro habla en tono constructivo de algunos casos y propone fórmulas para frenar y localizar algunos errores y evitar el perjuicio a cualquier persona.

¿Las sentencias de los jueces identifican siempre la causa real de un accidente?

La justicia se atiene al resultado de los atestados de la policía y, por lo tanto, su fallo no siempre es correcto porque en ocasiones la verdad jurídica no coincide con la científica.

"El error en el estudio del accidente de Ortega Cano en 2011, donde falleció una persona, es uno de los más famosos de España" 

¿Algún caso concreto de error en el atestado?

Uno de los más famosos es el del accidente de Ortega Cano donde dos vehículos colisionaron frontalmente el 28 de mayo de 2011 y una persona resultó fallecida. Uno de los coches iba conducido por el extorero, lo que sirvió para que los hechos pasaran a ser objeto de amplios comentarios en los medios de comunicación y de algunas presiones. El representante legal de Ortega Cano contactó con nuestro equipo de trabajo para solicitar el cálculo de las velocidades de circulación de los automóviles accidentados en el instante de producirse la colisión. No valoraré la responsabilidad atribuida a Ortega Cano; ni soy competente, ni es mi cometido, pero sí es verdad que el caso resultó paradigmático por dos motivos fundamentales. Por un lado, la jueza encargada de dictar sentencia defendió la solvencia y rigor del informe técnico elaborado por los agentes de la Guardia Civil con el único fundamento de presumir que, por tratarse de un cuerpo de policía judicial, su trabajo era intachable. Pero la realidad fue que -sin atribuirles ninguna intención- los agentes habían elaborado un informe con abundantes y elementales errores.

La policía también se equivoca.

Admiro a la Guardia Civil, pero hay que hacer las cosas siempre bien. Equivocarse no es una deshonra, ni mucho menos, lo hacemos todos; lo importante es avisar del fallo y rectificar a tiempo para evitar en el futuro problemas. El libro, de hecho, incluye un agradecimiento a los integrantes de las distintas policías judiciales de tráfico preocupadas por mejorar su formación y su profesión, muy especialmente a los miembros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, pero los análisis de un accidente deben ser solventes y realizarse con pureza para proteger al ciudadano.

¿Cómo evitar errores en el estudio de accidentes?

A diferencia de otros sectores de transporte como la aviación, el tren o la navegación por mar, en carretera la Administración mezcla conceptos como la causa y la culpa. Damos siempre por hecho que un conductor que hubiera ingerido algo de alcohol sea el culpable de un accidente aunque científicamente se demuestre que la causa ha sido otra diferente. De esta forma, no somos capaces de generar recomendaciones a posteriori para mejorar el tráfico.

¿Qué valor tienen las estadísticas de la DGT?

Solo trascienden el número de muertos en carretera y no las causas reales. Su única arma para luchar contra los accidentes es bajar la velocidad porque así se reduce la cifra, pero no aportan nada más ni buscan las consecuencias técnicas. Donde no hay muertos no hay constancia de accidente para la DGT.

Tráfico considera que el exceso de velocidad está detrás de buena parte de los siniestros.

Puede ser un factor agravante, pero si de repente aparece en la carretera un peatón de forma inesperada, siempre habrá accidente, y siempre se culpará al exceso de velocidad. El problema es que en ocasiones las señales de tráfico no siempre son creíbles y por eso no se respetan. ¿Es creíble ir a 30 km/h en una vía ancha y despejada?

¿El error humano está siempre detrás de los siniestros?

La Administración tiene también la obligación de denunciar todas las deficiencias y riesgos de las carreteras. Es de su competencia mejorar las infraestructuras, el adiestramiento de los conductores, su formación... Los atestados no hablan, por ejemplo, de falta de pericia del conductor novel recién salido de la autoescuela, sino de un fallo de atención.

Imagen de la portada del libro 'Accidentes de tráfico. Los errores en la investigación', del profesor Alba.
Imagen de la portada del libro 'Accidentes de tráfico. Los errores en la investigación', del profesor Alba.
Alba

A pesar del aumento de radares de velocidad, entre julio y agosto del pasado verano 225 personas fallecieron en las carreteras españolas. Son 10 más que en 2019 y 34 más que en 2021. La cifra no decae respecto a años anteriores. ¿Cómo reducir esta lacra?

Con más formación, mejores carreteras, una asistencia de los servicios de emergencia más rápida… Y con más investigación científica que permitiría reducir el número de muertos en carretera.

Al final, ¿es una cuestión de recursos?

Estamos acostumbrados a digerir las noticias donde nos cuentan que este u otro fin de semana cualquiera han muerto ocho personas en la carretera. Si estuviéramos concienciados con la importancia de la seguridad vial no permitiríamos el uso de patinetes en las calles tal y como funcionan hoy.

"Si estuviéramos concienciados con la importancia de la seguridad vial no permitiríamos el uso de patinetes en las calles tal y como funcionan hoy"

¿Son peligrosos?

Su uso exigiría formación, un seguro, matrícula, prevención de lesiones… Un patinete es capaz de matar, no es una tontería. Al contrario, requiere de un plan global a diez años vista para incluirlo en el conjunto del tráfico porque la solución no es ponérselo fácil a cambio de dificultar el uso del coche en una sociedad que cada vez reclama una mayor movilidad.

¿Cómo debería ser el tráfico?

Eficaz y rápido. Podemos perder años de vida en un automóvil. Si quiero andar, lo haré de paseo con mi familia y en mi tiempo de ocio, pero para ir al trabajo quiero perder el menor tiempo posible.

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