Bien sea por la pandemia derivada de la Covid-19 o por otra serie de circunstancias, los profesionales del mundo de la salud mental insisten en que cada vez detectan más casos de personas con grandes necesidades de apoyo conductual, que demandan servicios específicos.

Por este motivo, y conscientes de esta necesidad, desde Valentia hace un tiempo que disponen de un área de trabajo específica con el fin de que estos usuarios gocen de una existencia plena, atendiendo a su proyecto de vida personal e individual.

Y siempre con el objetivo en mente de desechar la idea que relaciona las personas con Trastornos de Espectro Autista (TEA) con aquellas otras que sufren incidencias de conducta. "Muchas más veces de las deseadas, tendemos a mezclar los dos conceptos y son cosas totalmente distintas", apunta Sara Comenge, gerente de Valentia, quien recuerda que, en los últimos años, están variando las necesidades dentro del mundo de la discapacidad intelectual y cada vez se atiende a más personas con TEA y trastornos afines.

Por eso, en Valentia arrancó hace un año un área de trabajo centrada en personas con grandes necesidades de apoyo conductual y lo hizo con una estrategia clave: trabajar para dar a esos usuarios los mejores apoyos, los que ellos realmente necesitan en función de sus necesidades. Y lo hacen siguiendo un modelo de atención basado en «respetar sus intereses y sus deseos y darles lo que necesitan con apoyos personalizados. Esto implica dar una mejor y mayor formación a los profesionales y contar en todo este proceso con la colaboración de las familias, que también reciben formación", explica la gerente de Valentia.

Conocerlos mejor

Pero, para poder desarrollar estos proyectos de vida "hay que saber qué es lo que piden estas personas y eso implica conocerlas mucho mejor, desde la observación, siendo conscientes de qué quieren contarnos con su sistema de comunicación y sus reacciones a determinadas situaciones", apunta Asun Mendoza, psicóloga de Valentia y responsable del equipo técnico de Desarrollo Personal, quien recuerda que, dependiendo de una persona u otra, una sonrisa puede significar que está contento o que está muy nervioso y "la manera en la que tenemos que actuar los profesionales que estamos a cargo de ellos es totalmente diferente en un caso u otro".

En este sentido, y con respecto a este colectivo, Mendoza insiste en que "hay que prestar atención sus sistemas de comunicación, porque esto nos permite anticiparnos y ofrecerles la oportunidad de que elijan y decidan, de que hagan valer su derecho a la autodeterminación. Todo es mucho más fácil si nos podemos anticipar a posibles alteraciones de conducta", matiza Mendoza, quien destaca el plan de apoyo personalizado, clave en este nuevo servicio de Valentia.

Un plan que permite saber las cualidades y fortalezas de cada usuario, sus gustos y fobias, su manera de autorregularse o sus estereotipias.

Y para ello, también es fundamental que estas personas generen vínculos con los profesionales que les atienden y con sus propios compañeros, porque «esto les da seguridad y confianza», señala Mendoza, quien insiste en que hay que contar con profesionales especializados en estas áreas de trabajo: logopedas, terapeutas, psicólogos, expertos en Tea, profesionales centrados en alteraciones de la conducta...

Plan de apoyo personalizado

Además, es muy importante controlar los espacios en los que conviven estas personas y crear sitios dinámicos para que ellos se autorregulen, a la vez que hacen actividades y propuestas que les aportan seguridad y confianza.

Y siguiendo esta línea de trabajo, en Valentia están construyendo una zona de viviendas mucho más independientes y vinculadas con la naturaleza en el centro de Valentia en la capital oscense. Y también han abierto un nuevo centro de trabajo en el Prepirineo para este colectivo, tan incomprendido en muchas ocasiones y que solo demanda atención personalizada para poder vivir plenamente y con todas sus necesidades cubiertas.