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Javier Campo: "Quizá Andorra estaría abierta si Putin hubiera atacado antes"

El científico, referente internacional en energía nuclear, disecciona la trascendencia de la energía en nuestros días.

Javier Campo se descubre en los pasillos la Facultad de Ciencias.
Javier Campo se descubre en los pasillos la Facultad de Ciencias.
Guillermo Mestre

Putin, la guerra de Ucrania, el recibo de la luz… Toda la actualidad está relacionada e incluso gobernada por la energía. Nada nuevo, según argumenta el investigador del CSIC Javier Campo y constata la evidencia.

¿Qué seríamos sin la energía?

Algo muy diferente. Energía es la luz que nos alumbra esta mesa, la máquina que nos ha hecho los cafés, nuestros teléfonos móviles... Todo lo que somos y lo que nos rodea es energía.

¿Todo?

Todo. Cuando comemos, la gasolina, el combustible, es la comida. Esa es la energía que, después de su transformación, nos mueve.

¿Qué representa controlar la energía?

Equivale a controlar el mundo. No es ninguna novedad. El descubrimiento del fuego significó un antes y un después.

De eso hace más de un millón de años, muchísimo antes del Neolítico.

Eso es. Antes del Neolítico, antes de la creación de la agricultura y la ganadería. El control del fuego significó un avance enorme: poder cocinar los alimentos y resguardarse del frío. El que dominaba el fuego, dominaba la energía.

Ahora, en nuestro días, Rusia dispone de las mayores reservas energéticas del planeta.

Un elevado porcentaje del gas mundial sale de Rusia. Y de él se abastece España, por ejemplo, en un gran porcentaje. Y Rusia, igual que otra potencia mundial como China, yo diría que están lejos de ser una democracia certificada.

Rusia invadió hace meses Ucrania. La guerra sigue...

Sigue igual que el gas que fluye desde Rusia, si a Putin no le da por cortarlo, claro, que todo se verá...

¿Estamos en sus manos?

Energéticamente, hay una dependencia irrebatible. Rusia cuenta con ingentes recursos energéticos. Europa depende de ellos.

¿Las variables energéticas han variado a lo largo del tiempo?

Sí. Por ejemplo, la energía nuclear, según la Comisión Europea, ha sido clasificada ahora como energía verde, igual que el gas.

¿Defiende la energía nuclear?

Tiene sus ventajas, y no pocas.

¿Por ejemplo?

No emite CO2, algo esencial por la influencia de las energías fósiles en el cambio climático. Está el problema de los residuos. Hay que hacerlos de vida más corta.

También hay que valorar accidentes como Chernobil o Fukushima.

¿Cuántos accidentes nucleares ha habido en Francia?

No constan muchos, no…

Ninguno. Hoy Francia produce energía nuclear y nos la vende. En el mundo se están construyendo 500 centrales nucleares. En España, ninguna. Hay factores que han influido, como la opinión pública, que en Francia está a favor. En España ha estado demonizada la nuclear. Desde luego, si Putin hubiera atacado antes, quizá la central de Andorra estaría abierta.

¿Cómo se resuelve el problema?

La fisión es la energía nuclear actual. La fusión (con u) es el futuro: unir dos átomos, dos isótopos de hidrógeno. Al juntarlos, creas un átomo diferente y se desprende una gran cantidad de energía.

Y anda que no hay hidrógeno…

El problema es que estamos hablando del año 2050. Hasta entonces, el mundo tiene que seguir. Tenemos que seguir funcionando con las energías actuales. No podemos prescindir de ninguna.

¿Cuál ha sido su itinerario científico en el último mes?

Un congreso en Maryland, otro en Portland, experimentos en el reactor nuclear de Sydney, vine cuatro días a Zaragoza y me marché a la Conferencia Internacional de neutrones en Buenos Aires, y finalmente a Chile.

¿Y las siguientes citas de su agenda investigadora?

Mañana vuelo a Vancouver.

¿Qué va a hacer allí, con el frío que hace en Canadá…?

Experimentos con muones.

¿Muones…?

Son partículas subatómicas, como el electrón o el neutrón… Un tema muy interesante que le contaré cuando regrese.

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