jefa de Información municipal de Zaragoza en HERALDO DE ARAGÓN

Chantajes, hasta en tiempos de guerra

Rufián se cruza la mirada con Pedro Sánchez.
Rufián se cruza la mirada con Pedro Sánchez.
Juan Carlos Hidalgo/EFE

¿Qué tiene que ver una injustificable trama de espionaje con las ayudas a las familias y las empresas para mitigar los efectos de una guerra? Absolutamente nada. Lo tienen claro los de izquierdas, los de derechas, los centristas. Lo saben hasta los independentistas, que chantajean, a pesar de ello, a Pedro Sánchez, con amenazas de hacer saltar por los aires el decreto anticrisis si no ruedan cabezas (políticas). Empecinados por ‘vender’ su relato, olvidan que quienes les votan se dejan más de medio sueldo en compras en el mercado. Mirarían con menos miedo al futuro si cobraran la mitad del sueldo de esos diputados que se indignan porque les espían, mientras obvian a quienes pagarán el pato del chantaje al Gobierno que están planteando.

El margen de mejora del plan anticrisis es muy amplio, y adolece, además, del necesario diálogo con el que políticos de Estado afrontan situaciones complejas como la que atravesamos. Traicionado por unos socios que no son de fiar, Sánchez lanza al PP una petición de auxilio que llega tarde y mal. Y Alberto Núñez Feijóo le responde que ha de incluir rebajas de impuestos y de gastos burocráticos a escasas horas de una votación que es crucial.

Los debates en el Parlamento serían más productivos si sus señorías fueran más a menudo a hacer la compra al mercado. Verían el descontento de comerciantes asfixiados por los gastos y de sufridores compradores que luchan por llegar a fin de mes. Que de espionaje entienden poco, pero nunca olvidan los chantajes. Y se los cobran de golpe, una vez cada cuatro años.

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