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Los helados de la cuna de la "paleta de hielo" mexicana llegan a Cuarte de Huerva

Detrás del establecimiento La Michoacana se encuentra Yadira Monreal con una propuesta de helados y churros artesanales y un toque muy personal.

Yadira Monreal, en la heladería y churrería La Michoacana, en Cuarte de Huerva
Yadira Monreal, en la heladería y churrería La Michoacana, en Cuarte de Huerva
Camino Ivars

Sorprender a los paladares con productos tan típicos como el helado o los churros es una tarea compleja. Sin embargo, la mexicana Yadira Monreal puede presumir de haberlo logrado. 

Procedente de la región de Michoacán, considerada la cuna del helado mexicano -o como ella dice, de las ‘paletas de hielo’-, su familia cuenta con una amplia tradición heladera que se ha transmitido de generación en generación. De hecho, su tío Alejandro regenta una de las cadenas más famosas de la zona, Tocumbo. “Cuando tomé la decisión de abrir mi negocio viajé hasta Zacatecas, donde reside, para aprender el oficio que desde hace generaciones ha dado de comer a mi familia”, explica.

En su caso, esta decisión ha supuesto un cambio de vida radical, pues dejaba atrás una larga carrera como publicista. “Llegué a Zaragoza hace 16 años por amor. Aunque terminó mi relación, aquí están mis hijos, Izan (11) y Lucía (7) y decidí quedarme aquí”, explica. Durante la pandemia se quedó sin empleo y, gracias al apoyo de una de sus tías, Carmen, decidió lanzarse a la piscina en el que ha sido su hogar desde que llegó: Cuarte de Huerva. “Era la típica idea que siempre me había rondado la cabeza, pero nunca es el momento, como que nunca te lo crees”, explica. Así, la Michoacana abrió sus puertas en agosto de 2021.

Yadira Monreal, ante La Michoacana, en Cuarte de Huerva
Yadira Monreal, ante La Michoacana, en Cuarte de Huerva
Camino Ivars

Sin embargo, Yadira se ha criado entre fogones y tarrinas de helado. “Probaba sabores, veía a mis tíos trabajar duro, y pasaba largas tardes correteando por allí después del colegio”, afirma. Tal vez por eso, cuando llegó el momento de ponerse el mandil y encender el horno de La Michoacana, sintió que era lo que siempre había querido hacer. “Tenía claro era que debía tener un toque completamente artesano, sin colorantes, ni conservantes, ni aditivos. Es todo saludable y con ingredientes de calidad”, asevera.

“Detecté que no había nada parecido en la zona. Eso, unido al hecho de que provenía de una familia de tantas generaciones de heladeros y de la cuna del helado en México, me pareció algo interesante para los vecinos de Cuarte”, prosigue. Cuenta con varias referencias de sabores que varían semana a semana. Además, éstos dependen de su improvisación. Desde los típicos de limón, fresa o chocolate, hasta creaciones propias como el de tequila y limón o su famosa tarta de queso. Esta semana, por ejemplo, ha incluido uno de torrijas.

Yadira Monreal muestra los churros que hace
Yadira Monreal muestra los churros que hace
Camino Ivars

Pero, ¿qué pasaría cuando acabase el verano? “Me di cuenta de que dedicarme por completo a un producto tan estacional era una mala decisión, así que decidí apostar por otra cosa que no había en Cuarte”, explica. En concreto, las porras y los churros. “Casualmente llevaba años trabajando en una receta para evitar que fueran tan grasos e indigestos. Mis churros son saludables, aptos para veganos y tienen menos calorías que una galleta”, reivindica. Para formarse en este ámbito, también pasó varias semanas trabajando con un churrero profesional que le dio varios trucos para lograr el resultado actual.

También prepara su propia empanada mexicana, donuts artesanos y todo tipo de repostería dulce y salada y bocatas. “Por otro lado, hemos apostado por tostar nuestro propio café de especialidad en Zaragoza, con café traído directamente de origen, al cual hemos llamado La Mexicana. Se ha convertido en otro de nuestros productos estrella”, asegura.

Un producto de La Conquista

Como explica la heladera, este producto fue introducido en su país por los españoles durante la conquista. Su producción enseguida se vio favorecida por la gran variedad de frutas que había en el país. “Aunque no hay una versión oficial, se dice que se trata de un producto de origen mongol, aunque su expansión fue italiana, pues fueron ellos quienes añadieron la base láctea que ha dado la vuelta al mundo”, relata Yadira. Así, pasaron de ser frutas naturales congeladas a profesionalizar esta técnica.

Un producto que cuenta con más de 4.000 años de historia y que, a lo largo de este tiempo, ha sufrido todo tipo de modificaciones. “Hay muchas teorías, pero se dice que fue Marco Polo quien introdujo en Europa las fórmulas aprendidas en sus viajes, que llegó a convertirse en un manjar para gente con mucho poder adquisitivo, y que debido a él recibió el nombre de ‘polo helado’”, asegura Yadira. 

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