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Una familia de acogida oscense: "Mi 'hija' ucraniana ha escuchado los bombardeos esta noche"

Las familias aragonesas de niños de acogida ucranianos muestran su preocupación ante el ataque de las tropas rusas. 

Valentina, junto con su familia de acogida oscense y su hermanastro y su abuela en Ucrania
Valentina, junto con su familia de acogida oscense y su hermanastro y su abuela en Ucrania
D. R.

"Hoy -por este jueves- hemos podido hablar con nuestra hija de acogida ucraniana. Vive a al lado de Kiev y nos ha contado que por la noche ha escuchado los primeros bombardeos". Son las palabras de Daniel Ramírez, un oscense que hace diez años acogió por primera vez a Valentina, una ya adolescente ucraniana -actualmente tiene 18 años- a la que consideran una "hija más". 

Valentina vive con su abuela y su hermanastro pequeño "en un pueblecito" cerca de la capital de Ucrania. También tiene un hermano mayor "de quien hace semanas que no sabe nada porque está en el ejército", apunta Daniel Ramírez. "Les han dicho que eviten salir a la calle todo lo posible, aunque la sensación que tenemos es que allí, por cómo les han dado la información de lo que está ocurriendo, no son demasiado conscientes de lo que ocurre. Valentina casi sabe más por lo que le contamos nosotros que por lo que realmente se vive en su pueblo", afirma su padre de acogida.

"Hoy mismo le hemos hecho un envío de dinero por si existiera la posibilidad de que pudiera salir del país, pero lo vemos difícil. De momento, tiene internet y nos podemos conectar y saber de ella, pero tampoco sabemos hasta cuándo. Somos un manojo de nervios", asegura Daniel Ramírez. 

Una situación que también afecta a Candelaria, la pequeña de la familia. "Tenemos una niña de 7 años, que parece que todo esto le queda lejos, pero que hoy nos ha dicho que quería ir a buscar a su tata a Ucrania y traerla aquí para que no lo pasara mal", dice Ramírez. "Para todos, Valentina es una más de la familia. Lo estamos pasando muy mal". 

La preocupación de los Ramírez-Lacort, es la misma que tienen otras tantas familias aragonesas que cada año, solo interrumpida por la pandemia, han acogido a decenas de niños ucranianos. "Llevamos 25 años ayudando a los niños y niñas que necesitan refugio o apoyo. Estas navidades vinieron 35 niños, una cifra menor a la de verano -cuando fueron 90 quienes viajaron hasta Aragón- por los altos casos de contagio", explican desde la Asociación para la Asistencia a la Infancia.

"Desde que ha estallado el conflicto, esto es un caos. Muchas familias de acogida han perdido el contacto con los que consideran sus hijos porque se han caído todas las comunicaciones". "No sabemos qué va ocurrir, sin cobertura legal no podemos hacer nada", concluyen, preocupados, desde la entidad.

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