Los daños provocados por la última avenida extraordinaria del Ebro, que en municipios como Novillas superó los niveles de la histórica riada de 2015, han obligado al Gobierno de Aragón a invertir más de 462.000 euros en la reparación de tres carreteras: la A-127a en Gallur, la A-1107 en Pina y las vías de servicio de la ARA-A1 en Villafranca.

El consejero de Vertebración, José Luis Soro, visitó ayer los trabajos de la primera, que tuvo que ser cortada al tráfico del 11 al 14 de diciembre por el incremento del caudal. La fuerza del agua provocó el descalce de la base de la carretera en muchas zonas, el desprendimiento de la capa de firme en arcenes y calzada, el deterioro de un talud y el descalce de las juntas del puente metálico sobre el río Ebro, según explicó Soro. Los trabajos, a cargo de la empresa Sumelzo, tendrán una duración de unos tres meses y están presupuestados en 150.000 euros.