Pepe y Chus, la atlética dupla que unió sus caminos en Atea

Los fondistas aragoneses José Luis Mareca y María Jesús Zorraquín iniciaron desde esta localidad del Campo de Daroca su particular carrera de fondo conjunta. Pepe, experimentado atleta y preparador, transmitió a Chus su pasión por este deporte, y está detrás de los últimos éxitos del atletismo aragonés.

Chus Zorraquín y Pepe Mareca, estirando en la Fuente de El Paso de Atea antes de salir a trotar
Chus Zorraquín y Pepe Mareca, estirando en la Fuente de El Paso de Atea antes de salir a trotar
Jesús Macipe

José Luis Mareca y María Jesús Zorraquín se han labrado dentro del mundo del atletismo aragonés una fama a lo largo de los años que se ajusta a la realidad y va por encima de las marcas. Todos los que hablan de ellos lo hacen apuntando a un rasgo común: la bondad. Ella nació hace 55 años en Atea y él (tiene 63) es del barrio de la Magdalena de Zaragoza, pero sus caminos se cruzaron un mes de agosto de 1984 tras la carrera pedestre de esta pequeña localidad, perteneciente a la comarca del Campo de Daroca.

"Vino a correr para las fiestas y se quedaron a merendar y al baile", recuerda Chus con una sonrisa. "Hablamos en el baile, vimos que congeniábamos y empezamos a escribirnos por carta todas las semanas, ya que entonces no teníamos los medios de ahora", recuerda Pepe, que desde los 14 años trabajaba como calderero; ella siguió en el pueblo trabajando en el campo, hasta que se casaron y se reconvirtió en jardinera, oficio que sigue desempeñando. Tiempo después del enlace llegó Alba, su hija, que hoy tiene 30 años.

Ellos dos son desde hace más de 15 años los responsables de que la otrora carrera de pollos de la localidad siga celebrándose y supere ya los más de 100 años de historia. "Es una carrera con mucha solera", apunta Chus. Pepe recuerda que "han venido nombres como Mariano Haro, Santiago de la Parte y, hace menos años, Toni Abadía y Carlos Mayo, entre muchos otros".

Una vez establecidos en Zaragoza, Pepe le transmitió a Chus la pasión por el atletismo. "El destila atletismo por los cuatro costados, así que me anime a probar y me fue aconsejando", recuerda. Fruto de ese proceso, ella se proclamó campeona de España de maratón en 2001. "Estoy muy orgulloso de lo que consiguió, no porque sea mi mujer, sino porque empezando tarde y con su genio, logró algo muy importante", apunta Pepe. "El estilo era indomable, porque no tuve esa base de años en los que te definen la técnica de carrera", asume.

Aquello tenía una ventaja. "Para maratón es bueno, porque tiene más ‘economía’ de carrera, pero para pista era peor porque al ser zancada más corta avanzas menos", puntualiza Pepe. Este análisis lo hace un deportista que ha estado en los dos frentes: como corredor -sigue calzándose las zapatillas- y como entrenador. En su caso, es alguien que en 1981 batió el récord de Aragón de maratón, parando el crono en 2h20’26" nada menos que en Nueva York.

A Pepe le venía el atletismo de familia (dos de sus tíos) y también porque en el colegio vieron que "tenía maneras". "Empecé a trabajar a los 14 y estuve seis meses sin correr, pero vi que necesitaba el deporte y mi padre habló con el que era entrenador de atletismo del Real Zaragoza", recuerda. Por lo que respecta a Chus, "mi única relación con el atletismo era ver la carrera del pueblo".

Maestrillo y librillo

Pepe confiesa que ya en Nueva York se confeccionaba sus propios entrenamientos, a lo que sumaba la base que le dieron sus primeros entrenadores. "Mi primer entrenador cuidaba muy bien a los jóvenes". A aquellos mimbres sumó una formación continua con los cuadernos de la Federación Española y "comprando libros y revistas portuguesas, italianas y francesas". Un trabajo continuo que Alba describe claramente. "Lo hace con sus libretas, muy a la antigua escuela".

Tantos años después, Pepe ‘comanda’ un grupo de casi medio centenar de atletas de todas las edades y perfiles. De los renombrados Abadía y Mayo a Chiqui Pérez o corredores que están a miles de kilómetros de distancia en Portugal, Argentina e incluso en Guatemala. "Me contactan por redes sociales y hablamos a diario" apunta Mareca. Para Chus, a quien las lesiones le han alejado de la carrera, el vínculo permanece. "Sigo yendo a las competiciones y el grupo es como la familia, siempre estoy pendiente de ellos y puedo animar".

Artículo incluido en la serie 'Aragón es Extraordinario'.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión