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Las nuevas tarifas eléctricas encarecerán hasta un 30% la factura de la luz de los regantes

El 1 de junio entra en vigor el cálculo y el precio de los peajes de transporte y distribución propuesto por el Gobierno.

Las estaciones de riego de bombeo se ven afectados por estas modificaciones.
Las estaciones de riego de bombeo se ven afectados por estas modificaciones.
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Las nuevas tarifas eléctricas que entrarán en vigor el próximo 1 de junio han caído como un jarro de agua fría entre los agricultores aragoneses, que verán como se incrementa la factura de la luz que utilizan para bombear el agua con la que riegan sus cultivos. Dependerá de las instalaciones y de la capacidad de cada comunidad de regantes para adaptarse a las modificaciones que el Ministerio de Transición Ecológica ha introducido en los peajes por el uso de la redes eléctricas, la parte del coste del recibo de la luz que regula el Estado. Pero los cálculos realizados por José María Yusta, profesor titular de la Universidad de Zaragoza y experto en mercados energéticos, evidencian que el desembolso de las estaciones de bombeo puede incrementarse hasta un 30%.

No habrá modificaciones en la parte de la factura que corresponde al precio que se paga por el coste que supone producir la energía en las centrales eléctricas, que depende de un mercado en competencia. Pero en el pago que se deriva de los peajes de transporte y distribución de la electricidad, en manos del Gobierno, "cambia todo, la estructura, los periodos tarifarios y pueden cambiar hasta los precios", destaca Yusta.

Detalla el experto que ahora todas las instalaciones cuyos suministros superan los 15 kilovatios pasan a tener seis periodos tarifarios con discriminación horaria (el doble de los actuales). O lo es que es lo mismo, seis precios diferentes en función de la temporada, el día de la semana y la hora del día. "Esto va a afectar porque tienen que adaptarse a un nuevo calendario en el que tendrán que tener muy en cuenta cuáles son las horas más caras y más baratas", explica el profesor de la Universidad de Zaragoza.

Esta elección ha de ser muy estudiada, matiza, porque el sector va a tener que contar con seis potencias contratadas y debe afinar la elección ya que no puede olvidar la penalización que se impone cuando las instalaciones utilizan más potencia de la que tienen contratada.

Potencia y consumo

Hay también modificaciones en la formación de los precios. El Gobierno da en este caso una de cal y otra de arena en las nuevas tarifas eléctricas. La parte fija, es decir aquella que hace referencia a la potencia contratada, baja un 15%. En cambio, el coste por el consumo –el término variable– sufre subidas de entre el 12% y el 15% en función de las instalaciones. "El objetivo del Ministerio es que el efecto fuera neutro, que no hubiera incrementos, pero en la práctica sí que va a suceder porque al pasar de tres a seis periodos habrá instalaciones que con su estrategia puedan incluso conseguir un ahorro, pero en otras el aumento del coste puede alcanzar hasta el 30%", detalla Yusta.

Ante este nuevo escenario y dado que la parte variable del precio va a tener más peso en la factura eléctrica, este experto en mercados energéticos advierte que "ahora va a tener sentido preocuparse por la eficiencia energética así como por el autoconsumo fotovoltaico".

Sin embargo, también hay peros. Porque en el sector agrícola muchos consumos son estacionales, no solo en los bombeos sino también, por ejemplo, en las bodegas donde la carga de trabajo se concentra en unos determinados meses. "Rentabilizar en esos casos unas placas fotovoltaicas es más difícil porque hay muchos meses del año que no van estar usando esa energía, por lo que tienen que volcarla a la red eléctrica y aunque reciba por ello una compensación no va a ser suficiente para rentabilizar la inversión", puntualiza Yusta, que reconoce que el sector ha tenido tiempo para prepararse porque estos cambios, que entran en vigor en apenas una semana, ya se habían anunciado a comienzos de 2020.

Un estudio para cada punto de suministro

El profesor de la Universidad de Zaragoza José María Yusta advierte que para que el coste de la luz no se dispare con el nuevo sistema lo aconsejable es "estudiar muy bien cada punto de suministro". Es lo que este experto ha hecho con Riegos del Alto Aragón o con Cooperativas Agroalimentarias, entidades para las que trabaja y asesora.

"Con los regantes hemos tenido que estudiar 42 estaciones de bombeo de forma individual para decidir qué convenía hacer en cada caso", explica Yusta. Lo mismo ha sucedido con la organización que representa a las cooperativas aragonesas, que está haciendo un "tremendo trabajo" para que cada entidad socia pudiera saber cuál era la mejor opción. "Es una labor ardua", explica, porque hay instalaciones que pueden adaptarse a los periodos con precios más baratos, por ejemplo, la noche o los fines de semana, pero otras no tienen más remedio que bombear en las horas más caras.

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