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Ubieto: "La psicología acota la angustia que nos surge con el coronavirus"

El reputado psicoanalista analiza la crisis pandémica desde la esperanza,

Coronavirus
Ubieto no pierde la sonrisa en tiempos covidianos.
Guillermo Mestre

La tercera o la cuarta ola, las cepas inglesas y africanas, la borrasca Filomena… Acaba de comenzar 2021 y ya dan ganas de que acabe y que empiece 2022…

Desde el punto de vista psicológico, la incertidumbre se puede soportar un tiempo. Cuando se prolonga mucho tiempo, produce un efecto de cansancio, tristeza. Las borrascas que acabamos de sufrir llueven o nievan sobre mojado.

Ya hemos acumulado mucha incertidumbre...

Además, acompañada de pérdidas. Y no solo se ha estropeado el coche con la nieve. Por ejemplo, antes te quedaste sin trabajo, y además murió el abuelo. Habrá que ser fuertes, pues lo inmediato seguirá siendo duro.

Mal panorama...

No sé si le estoy dando una buena noticia, pero es lo que hay… Richard Horton, editor de ‘The Lancet’, una publicación de referencia, utilizó el término sindemia para referirse a lo que está pasando.

Sindemia, que es bastante más que pandemia.

Por supuesto, pues no nos enfrentamos solo a un problema sanitario. Se ponen de relieve también los problemas sociales, las desigualdades, la brecha digital, el poco cuidado de los mayores. Por eso, porque es una sindemia, los efectos no son exclusivamente sanitarios. También hay efectos económicos, con cierre de empresas, parados. Y también efectos psicológicos en muchos sectores de la población: sanitarios, mayores...

La terminología psicológica retrata el momento.

Por supuesto. La psicología necesita dar sentido a las cosas que nos pasan, determina y acota la angustia que nos surge con el coronavirus. Así, a lo largo de la pandemia han ido surgiendo nombres que la definen, nombres que la hacen más soportable. Así nació el síndrome de cabaña.

¡Cierto! Es uno de los conceptos psicológicos anejos a la covid

Es la necesidad de quedarse encerrado, como en una cabaña, en un refugio, para evitar el contagio, el riesgo. Luego, se habló de que teníamos hambre de piel.

Lo contrario a la cabaña…

Exacto: la necesidad que tenemos de contacto, y cuando ese contacto no es posible, de repente aparece la ansiedad.

También se habla del síndrome de la cara vacía.

Surge cuando no podemos ver el rostro completo del otro, cuando no se aprecia la sonrisa, los rasgos con los que identificamos rápidamente al otro, los signos comunicativos. Debo aclarar que todo esto no son enfermedades mentales, no son trastornos.

Ya me quedo más tranquilo…

Son maneras de nombrar lo que nos está pasando, que son reacciones ante acontecimientos dramáticos como la covid.

Hay una palabrita del diccionario psicológico que me inquieta en relación con la pandemia.

¿Cuál?

Hafefobia.

Es un trastorno de ansiedad. Tiene una escasa prevalencia. Se refiere al miedo exagerado a contactar con otros para evitar el contagio. Imaginan que supondrá algún tipo de contaminación e incluso la muerte. Es lógica la distancia social; pero la hafefobia es un exceso patológico.

Cuando amaine el temporal covidiano, ¿serán más virtuales nuestras relaciones?

Hasta ahora entendíamos como accesorias las relaciones virtuales. Desde luego, desde ya mismo están y estarán más presentes en el trabajo, en la educación, en la salud cuando ya hablamos por teléfono con el médico, en el teletrabajo… Todos estos hábitos se han intensificado y no se van a ir cuando desaparezca la covid.

Todo esto nos contará en su nuevo libro.

Sale en febrero. Se titula ‘El mundo post-covid, entre la presencia y lo virtual’. Habla sobre las claves psicológicas de la pandemia.

No me lo pierdo…

Además, se anticipan escenarios futuros...

¿Volveremos a abrazarnos en el futuro?

¡Seguro que sí!

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