El SAMA tramita 1.251 expedientes menos en un año de baja actividad por la covid-19

La directora general de Trabajo, Soledad de la Puente, destaca que los principales conflictos atendidos son de carácter individual, 7.289, y de ellos 6.085 son despidos

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En un año de pandemia con menor actividad, el número de expedientes, tanto en conflictos individuales como colectivos, tramitados por el SAMA también ha bajado. Han sido 1.251 expedientes menos que en 2019 los presentados al Servicio aragonés de mediación y arbitraje, si bien, según los patronos de la Fundación SAMA (CEOE Aragón y Cepyme y UGT y CC. OO.) el descenso no ha sido proporcional a la caída en la actividad por la pandemia. Algo que se ha debido, coinciden, a la sujeción de empleo que han supuesto los ERTE o expedientes de regulación temporal.

La memoria del SAMA de 2020 recoge que tramitó un total de 7.381 expedientes (7.289 de carácter individual –6.085 por despidos– y 92 de carácter colectivo) frente a los 8.632 expedientes del año anterior. Una bajada importante pero no la esperada, según los agentes sociales, para un año tan inusual, de pandemia, nunca antes vivido. Así, dijeron, al comparar los expedientes tramitados por el SAMA en 2018, un año sin covid –en que resolvió 7.625 expedientes, de ellos 6.262 despidos– con 2020, la diferencia deja de ser significativa.

«Este 2020 ha sido muy raro. Pese a los meses de inactividad por el confinamiento, el número de expedientes se mantiene similar al de años recientes en que no hubo covid. Más de 7.000 expedientes son muchos para un año de pandemia», señaló Carmelo Pérez, de Cepyme Aragón. «Hay mucha incertidumbre a nivel global y bastantes de estos despidos tienen que ver con ajustes en la demanda y la menor carga de trabajo en las empresas», añadió. «Ya se vio tras los peores años de la crisis financiera que el volumen de actividad del SAMA no bajó. Ahora ocurrirá lo mismo», pronosticó.

«Con la paralización que ha habido han bajado un poco los expedientes que han llegado al SAMA, pero yo me pregunto qué habría pasado sin los ERTE», analizó Juan Carlos Dehesa, patrono del SAMA por parte de CEOE Aragón, quien consideró que hay una parte «estructural en esa conflictividad laboral que obedece al dinamismo del propio mercado: unos sectores van mejor y otros peor». Eso sí, advirtió, «en 2021 veremos, cuando se acaben las prórrogas de los ERTE, si todo el empleo se recupera o no».

El SAMA, según Dehesa, «es hoy más esencial que nunca». Ha demostrado el gran volumen de trabajo que puede sacar adelante, dijo, pese a que se suspendieran por la pandemia los plazos procesales y tuviera que retomar expedientes que se vieron retrasados.

Soledad de la Puente, directora general de Trabajo del Gobierno aragonés, contraria a hacer comparativas al entender que 2020 ha sido diferente en todo, reconoció que un año más, «los principales conflictos que ha atendido el SAMA son de carácter individual (7.289), correspondiendo 6.085 a despidos, de los cuales, nuevamente, el 49,15% responde a despidos disciplinarios».

Según la directora general de Trabajo, «las cláusulas de mantenimiento de empleo incorporadas a los sucesivos reales decretos leyes publicados con ocasión de la pandemia han contribuido a que sea esta tipología la mayoritaria, frente al despido objetivo».

Asimismo, puso el acento en el elevado porcentaje, del 72,33%, de acuerdos alcanzados en la mediación por parte del SAMA. Y recordó que por sectores el que más ha utilizado la mediación de este organismo ha sido el de Servicios, aunque por volumen de trabajadores afectados, el sector del Metal lo supera.

«La bajada de actividad fruto de la pandemia y el confinamiento apenas ha tenido incidencia en la actividad del SAMA», coincidió José de las Morenas, de UGT Aragón. «En los expedientes individuales el ámbito más importante de actuación ha sido el despido seguido de las sanciones», destacó.

Desde Comisiones Obreras, Sonia García, reconoció también que «no es buena noticia que haya bajado poco la conflictividad laboral en un año de parálisis por la covid», independientemente de la «buena gestión que siempre realiza el SAMA». Pese a que los ERTE (expedientes de regulación de empleo) han permitido mantener muchos puestos de trabajo, los despidos individuales han sido bastantes, incidió. «No sabemos cómo puede venir 2021». Por eso, alertó, es «vital que se puedan prorrogar los ERTE para evitar la destrucción de empleo». 

Los ERE, la tercera parte de los que hubo en 2012

Aragón registró en 2020 un total de 37 expedientes de extinción de empleo frente a los 117 de 2012, el peor año de la crisis

«Es muy difícil predecir la dinámica que va a seguir la presentación de ERTE o expedientes de regulación de empleo este año», anticipa Soledad de la Puente, directora general de Trabajo del Gobierno aragonés, dado que «las circunstancias sanitarias tienen una evolución propia que condiciona en gran medida la utilización de dichos expedientes». Lo que sí constata es que en todo el año pasado, desde la declaración del estado de alarma se presentaron 37 ERE o expedientes de rescisión de contratos, de los cuales a 2 se les denegó la autorización, con un total de 637 trabajadores afectados. En el peor año de la crisis anterior, 2012, se tramitaron 117 expedientes de este tipo, que tuvieron consecuencias para 2.034 trabajadores. En definitiva, los expedientes que acaban en despidos son de momento una tercera parte que entonces.

Afortunadamente, la mayoría siguen siendo de suspensión temporal de la actividad. De este tipo en 2020 se tramitaron un total de 18.962 ERTE vinculados al coronavirus, que afectaron a 147.921 trabajadores. De esta cifra, a 31 de diciembre, 18.219 continuaban incluidos en un ERTE.

«El número de trabajadores, empresas y sectores afectados por ERTE en 2020 es muy superior a la última crisis económica vivida y las causas son por todos conocidas», destacó De la Puente. «Los ERTE se han convertido en una herramienta indispensable». La consejera de Economía, Marta Gastón, ya dijo recientemente que «mientras no mejore la situación sanitaria, esta herramienta debe continuar». La directora general de Trabajo avanzó que Servicios será el sector que más siga utilizándola. «Ha sido así durante toda la pandemia porque es el sector que propicia una mayor interrelación entre las personas, circunstancia que conlleva un mayor riesgo de contagio por la covid-19, lo que determina que las restricciones sanitarias les hayan afectado también en mayor medida», afirmó.

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