Heraldo del Campo

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Ensayo y error para fabricar los turrones más sanos del mercado

En La Fábrica de Naval elaboran unos turrones muy especiales, que están hechos con panela, que es el azúcar más natural y saludable.

Claudio Ramírez, junto a Inma Bielsa y sus hijas Alba y Laura. ha
Claudio Ramírez, junto a Inma Bielsa y sus hijas Alba y Laura.
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"Algunas caídas son el medio para levantarse a situaciones más felices". William Shakespeare, el célebre dramaturgo inglés, tenía muy claro que las oportunidades muchas veces vienen de situaciones complicadas. Y este podría ser el origen de los turrones La Fábrica de Naval, que Claudio Ramírez e Inma Bielsa elaboran en la localidad oscense del mismo nombre.

Una iniciativa que surgió cuando la pareja decidió trasladarse con sus hijas a este rincón de la provincia de Huesca donde Inma veraneaba desde que era pequeña. La crisis económica había hecho mella en sus trabajos y decidieron que era el momento de empezar de nuevo. Los principios fueron duros, pero lejos de venirse abajo, la pareja cada día pensaba en emprender.

La chispa que marcó el camino surgió un día de otoño de 2012, cuando salieron al campo a buscar almendras con las que luego hicieron turrón para regalarlo a amigos y familiares. "A todos les encantó y eso nos animó a poner en marcha este proyecto, que es también una forma de vida y una apuesta por lo saludable. Son turrones elaborados artesanalmente con las mejores materias primas del mercado, que intentamos adquirir en la zona donde vivimos. Luego les añadimos panela, el azúcar más puro y natural, sin blanquear y sin refinar. Un ingrediente ecológico que procede exclusivamente de la evaporación del jugo de la caña de azúcar", explica Inma Bielsa.

Con mucho esfuerzo y constancia, y gracias a la trayectoria profesional de Claudio, que es arquitecto, arrancaron las obras en un pajar. Una estancia que se completó con un par de huertos que alquilaron para convertir la zona en un lugar único y especial, donde se respira tranquilidad, paz y sosiego, en el paraje inconfundible del salinar de Naval.

En la actualidad, en su obrador elaboran alrededor de una media de 2.000 tabletas de turrones de diferentes sabores. Productos que distribuyen por las provincias de Huesca y Zaragoza, y también a través de su tienda ‘online’.

Además, este año han comenzado a comercializar tabletas de turrón un poco más pequeñas, de 100 gramos, que es el tamaño estándar que suelen comprar los consumidores de muchos países europeos.

Desde que arrancaron las obras, Claudio e Inma siempre tuvieron claro que los turrones iban a ser su proyecto de vida, pero no se conformaron con eso y decidieron aprovechar las instalaciones para poner en marcha un restaurante durante los meses de verano, que se ha convertido en todo un referente en la zona.

"A mí me encantan los fogones, disfruto cocinando a fuego lento, con tiempo por delante para hacer las cosas. Y eso es lo que hago con mis recetas, una comida natural y elaborada como antaño", explica Claudio.

La pareja y sus hijas disfrutan con lo que hacen y están encantados con la decisión que tomaron hace años. "En Naval estamos muy a gusto, la gente es muy amable con nosotros y, poco a poco, nos hemos ido consolidando y hasta hemos contribuido a asentar población, gracias al trabajo que en verano podemos ofertar en nuestro restaurante", explica Inma, quien se encarga de la parte del servicio en mesa.

Y todo ello sin olvidarse de las ferias de alimentación a las que acuden regularmente, desde Francia al mercadillo de Parque Venecia, que se ubica, desde hace unas semanas, en Zaragoza. "Nosotros no paramos, y seguimos pensando en nuevas variedades y hasta en un turrón para diabéticos en el que estamos depositando muchas ilusiones. Y lo hacemos siguiendo nuestra teoría del ensayo-error que tan buenos resultados nos ha dado", concluye.

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