Hace frío en Zaragoza. Para unos más que para otros. Yolanda Mañas Ballestín, jefa de servicio de Servicios Sociales Especializados del Ayuntamiento de Zaragoza, intenta paliar el drama de los desfavorecidos.

¿Cómo afrontan el apasionante reto de ayudar al necesitado?

En el Ayuntamiento tenemos Servicios Sociales Comunitarios. Los llamamos CMSS (Centro Municipal de Servicios Sociales). Hay un centro en cada barrio. Allí van a solicitar ayudas las personas que lo necesitan. Han crecido los problemas con la covid y los ERTE.

¿Qué no es Servicio Social Comunitario? ¿Qué es Servicio Social Especializado?

Todos los servicios de alojamiento para gente sin hogar. Por ejemplo, el albergue, las viviendas alternativas… Por cierto, hemos hecho un convenio con Zaragoza Vivienda porque con la covid hemos disminuido las plazas del albergue como medida de seguridad.

¿Cómo han logrado que no se produzcan brotes en el albergue?

Hubo un brote en verano con tres personas contagiadas. El albergue está a mitad de aforo. Su capacidad ahora es de 79 personas. También nos ocupamos de la Casa de Amparo, una residencia social para 120 personas mayores. Y el CMAPA (Centro Municipal de Atención a Adicciones).

Aparecen en todos los estratos…

También contamos con la Zona de Salud Joven, en la que se presta atención en salud mental y sexual. Y la escuela de jardinería El Pinar, para chavales con discapacidad. También, Cooperación al Desarrollo, con ayudas a entidades que trabajan en otros países.

Nos queda por hablar de la Casa de las Culturas.

Por supuesto. Allí tratamos todo lo relacionado con inmigración y minorías étnicas. En Zaragoza ya hay un 14% de inmigrantes, más de 100.000 personas.

¿De qué países proceden?

Un tercio son rumanos.

Yo pensaba que ecuatorianos.

No. De Ecuador se marcharon muchos con la crisis de 2009. Del país que más han venido a Zaragoza es de Nicaragua, casi 10.000. Después, Marruecos y Colombia. Aquí les asesoramos. Qué alegría cuando obtienen el permiso de estancia, la recuperación familiar, qué decir cuando obtienen papeles de asilo, pues se trata de gente perseguida en su país.

Yolanda, ¿qué es el racismo?

Es una manifestación de ignorancia.

Nadie nace odiando…

Obviamente, es una claro problema de educación.

¿Somos racistas los zaragozanos?

Para nada. Zaragoza es acogedora. No hay rechazo social.

Vamos a emular a Martin Luther King. Si usted tuviera un sueño, ¿con qué querría soñar?

Con que nadie que no quiera esté en la calle. Con que nadie que quiera trabajar no pueda hacerlo por carecer de permiso de trabajo. Con que nos conozcamos más: enriquece ver las cosas desde otro prisma.

¿Dependen en el Ayuntamiento de Acción Social y Familia?

Así es. Somos 166 personas. Solo en el albergue ya atendemos a más de 2.000 personas al año.

¿Qué tal se lleva con el concejal, con Ángel Lorén?

Muestra mucha sensibilidad con la inmigración y con la cooperación al desarrollo. No estoy hablando de política, pero sinceramente, es muy complicado llevarse mal con él.