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  • Esperanza Pamplona

La fragilidad de la confianza

Un cartel informando sobre las vacunasen Nueva York.
Un cartel informando sobre las vacunasen Nueva York.
Justin Lane/Reuters

El 55,2% de los españoles prefiere esperar a ver qué efectos tiene la vacuna contra la covid antes de ponérsela, según se desprende de la encuesta del CIS. Este porcentaje de 'desconfiados' ha ido incrementándose en paralelo a las noticias sobre la fiabilidad de las vacunas y a su proximidad.

En el Reino Unido comienzan a inyectarla la semana que viene. Y sin esperar el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento. Por aquello de que con el 'brexit' ya van por libre y Johnson quiere dejar constancia.

En octubre, eran uno 43,8% los españoles que dudaban. Hoy son muchos más. ¿Qué ha pasado en este período? Pues que tenemos más información y más confusión, por lo visto. Nos han bombardeado con la efectividad de las diferentes fórmulas, a cada cual más y mejor, como si fuera un mercadillo de promesas. Las farmacéuticas han multiplicado sus beneficios y los países han desplegado su poderío para vacunar de forma masiva.

Mientras, con sordina pero sin callarse, la ONU advierte de que la vacuna no es la solución definitiva porque esto va para largo. Y quien más quien menos se hace preguntas. A fin de cuentas hemos visto que muchas de las decisiones que se han tomado en esta pandemia respondían a intereses políticos y no sanitarios. Esto genera desconfianza. Y de aquellos polvos...

Ahora toca convencer. Quizá de ahí el arranque de la vicepresidenta Carmen Calvo, que se ha mostrado dispuesta a vacunarse en público, igualito que Joe Biden.

Pues no vendría mal, la verdad.

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