Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Entrevista

Ana Pilar Tobajas de la Fuente: “Si investigas, sabes que los experimentos nunca salen a la primera”

Espera depositar su tesis a finales de 2021, pero, de momento, Ana Pilar Tobajas de la Fuente (Zaragoza, 1993) acaba de ganar el concurso ‘Tu Tesis en Tres Minutos’.


Ana Pilar Tobajas de la Fuente realiza el doctorado en Calidad, Seguridad y Tecnología de los Alimentos en la Universidad de Zaragoza
Ana Pilar Tobajas de la Fuente realiza el doctorado en Calidad, Seguridad y Tecnología de los Alimentos en la Universidad de Zaragoza
Guillermo Mestre

Acaba de ganar el Premio a la Mejor Comunicación de una Tesis Doctoral convocado por el Campus Iberus. ¿Cómo se cuenta una tesis en tres minutos?

Hay que elegir y contar solo lo más llamativo y a la vez lo más importante, dejándote muchas cosas fuera: si hablo de anticuerpos, de proteínas y de test Elisa, la gente de otros ámbitos se perdería. Por eso, en el concurso hablé de los tratamientos que pueden hacer que frutas como el melocotón y la manzana causen menos alergias y puedan emplearse para hacer zumos hipoalergénicos.

Pero en su tesis hay mucho más.

Para saber si consigues ese zumo hipoalergénico, hemos desarrollado test que detectan las proteínas que causan la alergia, así podemos comprobar si el tratamiento de proteólisis –que corta la proteína en fragmentos más pequeños que ya no causan problema– funciona.

¿Y si le pidiera que resumiera ahora su tesis en tres frases?

Lo primero que diría es que la investigación es superación, porque muchas veces es motivación, pero otras es decepción porque los experimentos nunca salen a la primera y hay que sacar fuerzas de donde no se tienen para salir adelante; lo psicológico afecta mucho en una tesis doctoral. Luego, como el tema fue una propuesta mía, la idea de una chica de tercero de carrera, realmente es un sueño cumplido. Y la tercera es que ojalá esta tesis se convierta en un producto que llegue a ver en el supermercado si alguna industria alimentaria se interesa por desarrollar este zumo.

Y usted, ¿cómo se interesó por este tema?

Porque en segundo de carrera desarrollé alergia a la proteína LTP. Fue de chiste, estaba en época de exámenes y leí que los frutos secos eran buenos para la memoria, así que me compré nueces y, a la hora de haberlas comido, estaba con la cara hinchada como un monstruo. Otro día, pensando en contrarrestar todo el tiempo que pasaba sentada estudiando con algo saludable, me compré unos zumos de frutas y me produjeron unos pinchazos de tripas no soportables, así que fui al alergólogo y me sacaron alergia al melocotón, manzana, kiwi, melón, mostaza, nueces, pistacho, almendra... Calabacín y berenjena tampoco puedo comer. Es un pena que, con la cantidad de alérgicos que hay, en los bares tengan tan poca conciencia. Cuando preguntas si la salsa de las bravas lleva mostaza, casi se te ríen y hasta que no les digo que me iría al hospital directa, no preguntan en cocina.

¿Cada vez hay más alergias?

Son un gran problema. Hay muchas teorías; puede ser que nuestro sistema inmune esté aburrido, eso es verdad, porque somos más limpios que eran antes y nos ponemos menos enfermos que nuestros abuelos. Otros culpan a la contaminación y también ocurre, como con otras enfermedades, que ahora se mira todo y se diagnostica más.

¿Hay muchas personas alérgicas a las frutas?

Se conocen más las alergias a los huevos, la leche, los frutos secos..., pero el 45% de las reacciones alérgicas alimentarias en España es debido a frutas. Las personas alérgicas acaban privándose de ciertas cosas y eso puede conllevar un déficit nutricional. Estos zumos hipoalergénicos podrían ayudar nutricionalmente, aparte de poder darte el gusto de tomarte un zumo sin miedo a que te dé reacción. Yo elegiría el de melocotón.

Dicen que los años de preparación de la tesis no se vive más que para eso. ¿Cómo lo lleva?

Ha habido momentos y momentos. Intento no privarme de mis aficiones: la música y la jota, bailaba y toco la guitarra y el guitarrico, aunque a veces hay que priorizar. Al final en la Facultad de Veterinaria haces tu pequeña familia. Ahora, con la pandemia, te limitas más a ir al laboratorio a trabajar y volver a casa, se ha perdido esa parte social. Mi tesis está siendo un sueño cumplido, pero el miedo es que, tras estos cinco años, acabe trabajando en algo que no tenga nada que ver.

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