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El Servet realiza el trasplante renal de donante vivo número 100
Esta Comunidad es la cuarta en España en cuanto a la tasa de TRDV por millón de población.
El Hospital Miguel Servet de Zaragoza ha realizado este mes el trasplante renal de donante vivo (TRDV) número 100, una compleja técnica que supone más del 10 % de las intervenciones de este tipo que se llevan a cabo en Aragón.
Esta Comunidad es la cuarta en España en cuanto a la tasa de TRDV por millón de población, por detrás de Cataluña, Galicia y País Vasco, informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
El último trasplante renal de donante vivo se realizó el pasado 5 de noviembre. Fue un trasplante cruzado entre tres parejas.
Este tipo de operación se realiza entre un donante y un receptor que no se conocen, fruto de un intercambio entre los donantes de dos o más parejas que son incompatibles.
En esta ocasión, estuvieron implicadas tres parejas y tres hospitales, dos de ellos de fuera de Aragón (los datos de localización se omiten siguiendo la normativa ética de la Organización Nacional de Trasplantes).
El receptor aragonés fue un varón en torno a los 60 años de edad, en tratamiento de diálisis tras el fallo de un trasplante previo mientras que la donante, de una edad parecida, fue dada de alta tan solo 4 días después del procedimiento, y continua en su domicilio el proceso de recuperación.
Casi el 10% de los casos de donación en vivo en Aragón han sido trasplantes cruzados (9 casos).
En cuanto a los donantes, en la mayoría de los casos son mujeres con una edad media de 54 años, entre ellas dos suegras, un exmarido y una amiga, aunque mayoritariamente son padres y madres, seguidos de los hermanos (32 %) y en cuatro casos han sido donaciones de hija a padre/madre.
Desde el Gobierno de Aragón explican que la edad ya no es un factor a descartar en el trasplante, de hecho, el donante más mayor tenía 74 años, era padre del receptor, y actualmente tiene 82 años mientras que el más joven tenía 30 años y le donó el riñón a un hermano.
En el caso de los receptores, la casuística del Servet indica que el receptor más mayor tenía 73 años, la donante fue su esposa, y actualmente ese receptor tiene 85 años. El paciente más joven que recibió un riñón de un donante vivo tenía 17 años y se lo dio su madre. La edad media de los receptores es de 45 años.
Según las citadas fuentes, el trasplante renal ha demostrado ser el mejor tratamiento de la insuficiencia renal crónica en cuanto a supervivencia, calidad de vida, menores complicaciones y mejor relación coste beneficio frente a la diálisis.
Los resultados del trasplante de vivo, en cuanto a supervivencia del injerto, son también mejores que los del trasplante de donante fallecido. Se trata de órganos sanos, de donantes en perfecto estado de salud, en general más jóvenes y no sometidos al daño que puede producir sobre el órgano la enfermedad que llevó a la muerte del donante.
Todo el proceso de evaluación de donantes se realiza en la consulta de trasplante renal de donante vivo del Servicio de Nefrología del HUMS, donde acuden las parejas que son detectadas y promovidas desde las diferentes unidades de ERCA (enfermedad renal crónica avanzada) de los diferentes Servicios de Nefrología de todo Aragón, aunque aproximadamente un 40-50 % de los candidatos no pueden donar debido a diversas contraindicaciones médicas.
Una vez han donado, todos los pacientes son seguidos en la consulta de Nefrología de por vida, con el fin de garantizar su estado de salud y los resultados del programa.
En estrecha colaboración con los nefrólogos trabajan los urólogos, que son los cirujanos que llevan a cabo estas complejas intervenciones. El Servicio de Urología del HUMS realiza las extracciones en el donante vía laparoscópica, lo que permite una mejor y más rápida recuperación.
Junto a los urólogos también es fundamental el trabajo de los anestesiólogos y de otros tantos profesionales del centro (Hematología, Microbiología, Comité de Bioética....) además de los profesionales de Enfermería de Hospitalización, Quirófano, ERCA y Consultas Externas.
La continuidad de estos programas a pesar de la alta presión asistencial motivada por la covid-19 demuestra que incluso en épocas de dificultades, los profesionales de Medicina y Enfermería apuestan por ofrecer la máxima calidad a todos los pacientes, concluyen las fuentes.
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