servicios sociales

Pedro Melero: "Hay gente que antes aportaba donativos y ahora viene a pedir"

El nuevo presidente de Cáritas alerta de que el incremento de las ayudas es "alarmante" y apunta que en esta crisis "los más frágiles son quienes más sufren". 

Pedro Melero, presidente de Cáritas Aragón y La Rioja.
Pedro Melero, presidente de Cáritas Aragón y La Rioja.
Oliver Duch

¿Con qué frase definiría la labor de Cáritas Diocesana?

Es la organización que se preocupa de insertar en la sociedad a la gente que sufre exclusión social y la pobreza.

¿Qué se ha encontrado al llegar a la presidencia?

Más o menos lo que ya sabía: que nuestra preocupación tiene que ser máxima ante la situación de pobreza y exclusión social que sufre mucha gente. El incremento del número de ayudas y de la cuantía de las mismas es alarmante, ya que en agosto agotamos el presupuesto de todo el año. Y el futuro es muy incierto.

Si se agotó el presupuesto, ¿cómo están funcionando?

Como siempre, gracias a la solidaridad. Las donaciones y el número de socios aumentaron bastante, sobre todo durante el confinamiento. Ahora, algo menos.

Supongo que en la situación actual nada es suficiente.

Claro, donaciones y voluntarios siempre se necesitan.

¿Cuáles son los retos de Cáritas en este contexto de pandemia mundial?

Cáritas debe seguir incidiendo en dos cuestiones claves: en materia de vivienda, hay personas que no pueden afrontar los gastos fijos de alquiler, luz, agua… Y en materia de inmigración, hay gente que se ha quedado en tierra de nadie, que no tienen derecho a nada y a las que solo les queda el recurso de venir a Cáritas. Hay que atenderlos e incorporarlos al sistema social.

La pandemia también lleva a Cáritas a gente que nunca pensó que tendría que pasar por allí.

Tenemos personas que incluso eran socios de Cáritas, que aportaban donativos, y que ahora vienen a pedir. Lo hacen con gran vergüenza, porque lo están pasando muy mal.

¿De dónde llegan?

Hay de todo, gente que estaba en hostelería, turismo, servicios auxiliares… Algunos han ido a algún ERTE, pero otros no lo tienen o no lo han cobrado y se les han acabado los recursos propios, por lo que de repente se ven en una situación que parecía imposible.

¿La crisis está siendo igual para todos?

No, como siempre son los más frágiles quienes más sufren. La distancia entre ricos y pobres se amplía sustancialmente.

¿Cómo valora el Ingreso Mínimo Vital y las dificultades que está habiendo para que llegue a las personas que lo necesitan?

La medida es fenomenal, hace tiempo que se tenía que haber tomado. Pero con la implantación está habiendo dificultades y un retraso importante que sufren los de siempre.

¿Qué otoño e invierno cree que nos espera?

Pues muy duro, para muchos va a ser mucho más crudo que el verano por el frío. Si antes ya tenían problemas con los gastos de la vivienda, ahora ni te cuento, si hay que encender la calefacción para tener una un hogar medianamente confortable.

¿Aragón es solidario?

En situaciones difíciles el aragonés no solo es solidario, sino que tiene un gran corazón, tenemos esa casta.

Como exdirector de un colegio, ¿cómo cree que está afectando la pandemia a los alumnos de las familias más desfavorecidas?

Es un asunto especialmente peligroso. La brecha digital educativa va a ser una carga a futuro para los niños. Muchas familias necesitan ordenadores y, aunque los tengan, no saben utilizarlos, y eso lo van a pagar los menores con más pobreza a futuro.

¿Cómo empezó su relación con Cáritas?

Cuando empecé a tener menos trabajo, al estar casi jubilado, hablé con Carlos Sauras, que era director de Cáritas en Zaragoza. Siempre he tenido inquietud social, así que le dije que me empleara en algo. Me mandó a una cáritas parroquial, estuve dos años y medio y luego me llamó para ser responsable voluntario de Cáritas Zaragoza. Pasé al patronato de la fundación y fui secretario voluntario de Cáritas Aragón.

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