sanidad animal

La salud bien vale una estrategia

Con gran experiencia en zoonosis (enfermedades que se transmiten de los animales al ser humano), el CITA apuesta por el enfoque One Health.

Las investigaciones sobre las enfermedades animales son esenciales para la prevención de futuras pandemias.
Las investigaciones sobre las enfermedades animales son esenciales para la prevención de futuras pandemias.
Pixabay

No es un concepto nuevo. En 2006 los médicos Laura H. Khan y Tomas P. Monarth, junto con el veterinario, Bruce Kaplan, lanzaron el concepto ‘One Health’ (Una sola salud) para invitar al mundo a aumentar la comunicación y la colaboración interdisciplinar en el cuidado de la salud humana, animal y del medio ambiente. Una iniciativa que descansa en la firme convicción de que todas ellas están interrelacionadas entre sí. Los datos lo corroboran. De hecho, el 75% de los patógenos humanos tienen un origen animal y cada año aparecen cinco nuevas enfermedades peligrosas para el ser humano que se originan por un salto desde las especies animales.

Pero se hace ahora más evidente que nunca, en este 2020 atrapado en una pandemia causada por un virus desconocido y letal que, a tenor de las evidencias disponibles hasta el momento, tuvo su origen en un patógeno animal que encontró en el humano el mejor hospedador para su expansión.

Por eso, el llamado enfoque ‘One Health’ ha comenzado a estar en boca de numerosos organismos, de las más variadas administraciones tanto a nivel internacional como local y, por supuesto, de los más prestigiosos equipos de investigación que quieren centrar su estrategia global en un camino que tiene como meta unificar el saber de las distintas disciplinas tanto para dar respuesta a los complicados desafíos sanitarios actuales como para adelantarse a futuras pandemias.

Es el camino que ha decidido tomar el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), un organismo adscrito al Departamento de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento del Gobierno de Aragón, puntero y referente internacional en el diagnóstico y prevención de algunas de las zoonosis que causan los más elevados índices de mortandad entre los humanos, especialmente en los países en vías de desarrollo.

Esta apuesta no solo pone el foco en la sanidad animal y su interrelación con la salud humana, sino también la interconexión con la producción agroalimentaria y la manera en la que se distribuyen los alimentos, sin olvidar el cuidado de los ecosistemas. Aspectos en los que también el centro aragonés tiene sobrada experiencia y dispone además de uno de los escasos laboratorios de alta seguridad que existen en España para la experimentación de microorganismos de tipo 3, aquellos que pueden causar una enfermedad grave en el hombre y que suponen un alto riesgo de propagación.

Dado que ‘One Health’ es una estrategia integradora, los responsables del CITA no quieren transitar solos en esta senda, por lo que proponen contar como compañeros de viaje a otros centros como el Parque Tecnológico Aula Dei, el Instituto de Ecología o el IA2, para coordinar esfuerzos de expertos de diferentes disciplinas.

"Se trata de hacer una aproximación al estudio de las enfermedades animales que afectan a los humanos pero desde una perspectiva más integradora, más sistémica, más holística". Así explica Alberto Bernués, director de investigación del CITA, la estrategia ‘One Health’, que, como detalla, no trata solo de interrrelacionar la salud de las personas con la de los animales, sino que tiene como objetivo incorporar a toda la cadena agroalimentaria, añadir la salud de las plantas y no descuidar la de los ecosistemas, "que al fin y al cabo son los que producen nuestros alimentos".

Y esta necesidad es ahora mayor que nunca. Porque aunque circulan por las redes sociales numerosos argumentos sobre el origen poco natural del virus, las evidencias más consistentes hasta la fecha es que el Sars-Cov-2 señalan el origen del virus en un murciélago, que después saltó a un pangolín y que terminó infectando a un humano, especie que la ha transmitido por todo el mundo. El brutal impacto (sanitario y económico) de la pandemia ocasionado por la covid-19 ha ‘popularizado’ al coronavirus que la provoca. Pero antes que él hubo otros, si bien, como reconoce Bernués, "hasta ahora la investigación siempre ha sido muy de causa-efecto pero sin tener una mirada más integradora, que es lo que busca el enfoque ‘One Health’".

El CITA no es un organismo dedicado la salud humana. Como su nombre indica, este centro público tiene en su punto de mira el sector agroalimentario, para conseguir -mediante la investigación, el desarrollo tecnológico, la formación y la transferencia- la mejora de la rentabilidad económica de las empresas agroalimentarias de Aragón y, en consecuencia, para incrementar la calidad de vida de toda la población, desde el primer eslabón -quienes producen las materias primas- hasta el final de la cadena (los consumidores).

Sin embargo, tiene una larga trayectoria y una reconocida experiencia en algunas de las más dañinas enfermedades que afectan a los humanos. "Llevamos mucho tiempo trabajando en zoonosis, no en covid por supuesto, pero si en otras infecciones transmisibles de los animales a las personas", explica Bernués. Prueba de ellos es que el CITA es referente internacional en materia de diagnóstico y prevención de la brucelosis, comúnmente conocida como fiebres de Malta, "una de las más extendida a nivel mundial", detalla el investigador, que recuerda que afecta especialmente al ganado bovino, equino, porcino, ovino y caprino y de ahí al ser humano. "En este campo contamos con un equipo de investigación puntero en profilaxis y vacunación", detalla Bernués.

Explica además la larga experiencia de los investigadores del centro aragonés, en colaboración con la Universidad de Zaragoza, en salmonelosis porcina, una enfermedad bacteriana de gran importancia no solo por las pérdidas que causa en la ganadería, sino por su capacidad de producir intoxicaciones alimentarias en el hombre. Y también, añade Bernués, el conocimiento en enfermedades transmitidas por vectores (mosquitos), "de una gran importancia dado el escenario actual de cambio climático".

Antibióticos

En ‘One Health’ no solo preocupa la interrelación de la sanidad animal con la humana, sino también el efecto de los tratamientos antibióticos administrados al ganado, sobre todo en granjas de ganadería industrial de cerdos y pollos donde se administran de manera sistemática en los piensos y en el agua para intentar evitar las infecciones que pueden provocar su hacimiento. "Lo que ocurre con estas prácticas es que las bacterias se están haciendo resistentes a estos antibióticos y eso es muy peligroso. De hecho, una de las advertencias lanzadas por la OMS es que en los últimos años se han detectado bacterias superresistentes ante las que no disponemos de armas", explica Bernués.

En esta preocupación está trabajando también el CITA, que ya ha realizado un estudio prospectivo en explotaciones porcinas de Aragón y Cataluña "en las que hemos encontrado algunos niveles casi alarmantes en patógenos", explica Bernués, que señala entre ellas el Campylobacter, que provoca una de las zoonosis más preocupantes ya que causan numerosas muertes en países en desarrollo, pero también una de las más importantes en número de casos en Europa. "Ese uso irracional de antibióticos, especialmente en la ganadería industrial, no solo es una preocupación actual sino que se supone que va a ser un problema muy importante en los próximos años", augura el investigador.

Infraestructuras por actualizar

No solo experiencia puede aportar el CITA a la nueva estrategia global. También sus instalaciones, que disponen de un laboratorio de alta seguridad, uno de los tres únicos que existen en toda España, para la experimentación de microorganismos de tipo 3, es decir, aquellos que pueden causar una enfermedad grave en el hombre y tienen riesgo de propagación a la población, si bien se dispone de tratamientos profiláctico (preventivo) y eficaces contra la enfermedad.

"Las instalaciones son magníficas, pero les falta un empujón de inversión para adecuarlo al estudio de grandes animales", señala el director de investigación de este centro aragonés, que reconoce que llevan años intentando que el Gobierno de Aragón apueste por dicho laboratorio. "Eso nos permitiría no solo avanzar en nuestros estudios sino también facilitar estas instalaciones a otros grupos de investigación", destaca. Porque Bernués reconoce que no pueden sacar todo el jugo que querrían a dichas instalaciones "que son magníficas", ya que falta ponerlas a punto. Y con ello se refiere a la necesidad de actualizar las infraestructuras y dotarlas de equipamiento más actualizado. "Lo hemos trasladado al Gobierno de Aragón y es consciente de ello, pero estamos hablando de unas instalaciones muy caras y en el panorama financiero actual es muy complicado", reconoce.

Hay también otro problema, que no solo lo tiene el CITA sino probablemente toda la investigación, señala el experto. "Falta personal, el número de investigadores comparado con el entorno europeo es muy bajo, tenemos un alto nivel de inseguridad laboral y los salarios son bajas", enumera. Una situación que la covid-19 ha evidenciado con más crudeza si cabe. "Nos acordamos de la investigación en salud cuando tenemos un problema de esta magnitud, pero su solución requiere una serie de inversiones no solo económicas sino especialmente en estrategias claras y sostenidas a lo largo del tiempo. Y eso es lo que ha faltado en este país", puntualiza.

De la mano con Salud

Aunque su voz no se ha escuchado tanto como hubieran deseado durante esta pandemia, los expertos en sanidad animal, y más en concreto los epidemiólogos, no solo quieren reforzar sus investigaciones para prevenir futuras pandemias. También dieron un paso al frente cuando todos los recursos eran imprescindibles para frenar la expansión de la desconocida covid-19.

También lo hizo el CITA "que cuenta con muy buenos epidemiólogos veterinarios que llevan mucho tiempo estudiando diversas enfermedades". El centro puso a disposición de las autoridades sanitarias tantos sus EPI como sus máquinas para hacer pruebas diagnósticas PCR, aunque finalmente estas no fueron utilizadas. Pero su compromiso con la salud pública sigue ahí, no solo con la apuesta por la estrategia ‘One Health’ sino también colaborando con Sanidad, aunque "todavía está medio apalabrada y de momento no hay nada tangible", concluye Bernués.

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