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"Todas las setas son comestibles, pero algunas una sola vez"

El experto Javier Cortés desembarcó en 2003 en San Martín de la Virgen del Moncayo para convertir a este pequeño municipio en un referente micológico.

El micólogo Javier Cortés busca setas de primavera en el entorno del Moncayo.
El micólogo Javier Cortés busca setas de primavera en el entorno del Moncayo.
Beatriz Pitarch

"Empecé con la micología cuando ya no pude seguir jugando al fútbol. Siempre me había gustado estar al aire libre y el monte, así que me lancé a las setas. De eso hace ya más de 20 años". Javier Cortés, "de Zaragoza y del Real Zaragoza", lleva dos décadas explorando Aragón en busca de hongos, un bien muy preciado tanto para los amantes de su sabor como para los apasionados de su recolección.

"En el Grupo Micológico Caesaraugusta, donde comencé, pasé de aficionado a ‘friki’", explica Cortés. Allí dio sus primeros, y largos, pasos en el mundo de los hongos, que le llevaron hasta San Martín de la Virgen del Moncayo, donde llegó cargado de proyectos en 2003. Tras poner en marcha de la mano del Ayuntamiento las Jornadas Micológicas de esta localidad, unas de las más multitudinarias de la Comunidad y que se siguen celebrando en la actualidad dos veces al año, en 2007, inauguraron el Centro Micológico de San Martín de la Virgen del Moncayo. "Era el primero de Aragón y ha sido pionero en algunos aspectos en España, estando ubicado en un pueblecito de, apenas, 300 habitantes".

Aunque Cortés carece de vinculación familiar con este municipio, asegura: "Siempre he tenido relación con el Moncayo, es mi montaña".

Graduado social, administrador de fincas y agente de desarrollo turístico, profesión que ahora desarrolla en la zona, Cortés apunta que más de 10.000 personas han participado, desde que se pusieron en marcha, en las actividades relacionadas con la micología en el entorno de San Martín de la Virgen del Moncayo, que generan unos 300.000 euros anuales en la localidad. "Muchos que no conocían el pueblo se han enganchado y vuelven fuera de la temporada de setas".

Sobre las precauciones que hay que tomar a la hora de practicar esta afición, que también puede llevarse a cabo en primavera si la meteorología lo permite, Cortés advierte: "Todas las setas son comestibles, pero algunas una sola vez", y añade que "todas ellas tienen su doble tóxico". Por eso, "la recomendación es que si no sabes lo que vas a consumir, lo mejor es que no lo hagas". "Para ir al campo lo único necesario es una cesta, que no sea de plástico y esté bien aireada, y una navaja, y siempre hay que evitar rastrillar para que pueda volver a salir el hongo", concluye Cortés.

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