sucesos

Un preso de 21 años se suicida en el módulo de aislamiento de Zuera

Los funcionarios intentaron reanimarlo en su celda y le realizaron un electrocardiograma, pero falleció el martes por la tarde.  

Exterior de la cárcel de Zuera.
Exterior de la cárcel de Zuera.
Guillermo Mestre

Un preso de 21 años se suicidó el martes por la tarde en el módulo de aislamiento de la prisión de Zuera donde fue trasladado un día antes por protagonizar "un incidente de especial  gravedad" en el patio del módulo 1, donde arrojó una pesa que había sacado del gimnasio contra una cámara y luego se enfrentó a unos funcionarios, según fuentes penitenciarias.

El interno que responde a las iniciales P. A. C. H., estaba casado y tenía dos hijos, cumplía una pena de tres años y medio por unos robos a unas mujeres, y por su comportamiento conflictivo ya había sido trasladado de la prisión de Daroca, donde ya había estado en aislamiento, a la de Zuera recientemente. Su entierro se ha realizado este jueves por la mañana en el barrio Oliver de Zaragoza, donde residía con su familia

La decisión de llevarlo a aislamiento provisionalmente se produjo por el enfrentamiento a los funcionarios y por eso le aplicaron el artículo 75.1 del reglamento penitenciario (esta situación ya la vivió en Daroca), a la espera de que fuera valorado por la Junta de Tratamiento que se ha reunido este jueves, en la que hubieran estudiado la propuesta de trasladarlo a otra prisión o bien la regresión de grado.

Parte de sus enseres y su televisión particular fueron llevados del módulo 1 a su celda de aislamiento, un departamento donde están los internos más peligrosos de Zuera (hay 28 internos en 36 plazas). Por eso utilizó el cable de la televisión y una sábana rota para colgarse de la rejilla de ventilación, y se rompió el cuello. 

Los funcionarios acudieron para realizar reanimación cardiopulmonar, hasta que llegó el médico y enfermeros, que utilizaron el disfibrilador y le realizaron un electrocardiograma, como exige la normativa, pero ya había fallecido. Posteriormente, acudieron la juez de guardia, el secretario, el forense y guardia civiles para proceder al levantamiento del cadáver. Le practicaron la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Aragón en la que se determinó la rotura del cuello que sufrió. 

Según publica El Periódico, este interno llegó a tragarse unos tornillos, en el 2018, para hacer presión y tratar de conocer a uno de sus dos hijos cuando era recién nacido. 

  

       

  

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