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"He dejado mi profesión por hacer vino en Mas de las Matas"

Tras trabajar durante dos décadas como ingeniero agrónomo, Antonio Sisqués volvió al pueblo de su familia para poner en marcha Tierramaestrazgo.

Antonio Sisqués, propietario de la bodega Tierramaestrazgo.
Antonio Sisqués, propietario de la bodega Tierramaestrazgo.
A. S.

Aunque,"por circunstancias de la vida", Antonio Sisqués pasó su infancia alejado del pueblo de su familia, siempre mantuvo una estrecha relación con la localidad turolense de Mas de las Matas, adonde regresó para establecerse en el año 2012 con un proyecto muy personal.

Ingeniero técnico agrícola y agrónomo de profesión, que ejerció en Barbastro desde 1995 hasta su regreso a Teruel, Sisqués aprendió en el despacho lo que años después ha puesto en práctica en el campo. "La época que aterricé en el Somontano yo era ingeniero técnico y estaba estudiando en Lérida Ingeniería Agronómica. Me dedicaba principalmente a los proyectos relacionados con las indrustrias agroalimentarias, desde bodegas a fábricas de queso, almacenes de cooperativas y piensos, cámaras frigoríficas...", cuenta el bodeguero.

"En el año 2012, me llegaron unas fincas por concentración parcelaria en Mas de las Matas y decidí poner en marcha el cultivo de la vid, que, dentro de mis conocimientos y perfil, es el que más me gustaba", explica Sisqués sobre cómo tomó la decisión de cambiar de vida. "Mis primos y yo juntamos una finca de 23 hectáreas y plantamos 15 de viña. A los tres años empezamos a producir uva y alquilamos unas instalaciones que había en la zona para hacer nuestro vino", comenta.

Así nació Tierramaestrazgo, un proyecto con la firma de Antonio Sisqués, quien no ha estado solo en el camino. "Mis primos son mis colaboradores, pero yo soy el único que lo ha dejado todo para dedicarse íntegramente a esto", señala. Además, Sisqués, que recuerda con mucho cariño su etapa en el Somontano, quiso que sus antiguos compañeros formaran parte de esta iniciativa. "Mis socios de la ingeniería de Barbastro tienen una pequeña participación", apunta. Tras un año produciendo vino en una bodega externa, Sisqués decidió poner en marcha la construcción de una propia. "Desde la cosecha de 2017 contamos con una bodega en medio del viñedo y elaboramos nuestros productos en ella -indica-. Por supuesto, yo he sido quien la ha diseñado y llevado a cabo el proyecto. Esto ha puesto en valor mi experiencia profesional de dos décadas en la ingeniería".

Pionero no, recuperador

«Hay documentación que avala que la zona de Mas de las Matas -ubicada en la comarca del Bajo Aragón y una de las puertas al Maestrazgo- se ha dedicado al cultivo de la vid, y, por lo tanto, a la industria del vino, desde hace 3.500 años, salvo en los últimos 80», subraya Sisqués.

"Por eso, en ningún caso he sido un pionero, quizá sí un recuperador de lo que se ha hecho toda la vida. Mis abuelos llegaron a tener viña todavía, pero a partir de los años 50 se empezó a abandonar el cultivo y al final la gente se marchó del pueblo o se dedicó a otras cosas, como al cereal», remarca el bodeguero, quien afirma que, actualmente, "todas las hectáreas de viña que hay en Mas de las Matas son nuestras". "Me dedico a hacer lo que se ha hecho toda la vida pero con el máximo rigor técnico, científico y con muchos más conocimientos".

"Hago lo que se ha hecho toda la vida con el máximo rigor"

Sisqués define su cambio de rumbo profesional como "una experiencia vital". Para el bodeguero: "Acabar este proyecto tardará varias generaciones y yo he sido quien ha iniciado el camino. Tengo 50 años, en los próximos 25 me da tiempo a poner la iniciativa en marcha y a hacer que funcione, pero los que vengan detrás tendrán que hacer lo oportuno. Para ganarse un nombre y que perdure hace falta mucho esfuerzo y mucho tiempo".

Los productos

"Producimos una gama de vinos jóvenes, principalmente de la variedad garnacha. Tenemos un blanco, un rosado y un tinto y, recientemente, hemos sacado al mercado un tinto y un rosado con crianza en barrica, que fueron un capricho", señala Sisqués. "De estos lanzamos una edición limitada, de 220 botellas, con las etiquetas hechas a mano y firmadas por mí. Además de la gama habitual, de vez en cuando voy haciendo pequeños vinos, que llamamos de colección, que en el mercado tienen una buena aceptación". "Tierramaestrazgo es una bodega muy pequeñita que intenta cuidar al máximo la calidad de sus productos", concluye, orgulloso de conseguirlo, el bodeguero.

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