Libros: el ansia de la búsqueda y el gozo del hallazgo en Azanuy-Alins

Ana y José Antonio llevan desde Azanuy la librería virtual librovicios.com, especializada en segunda mano y nuevo descatalogado, abierta hace cinco años y que hace envíos a todo el mundo.

José Antonio y Ana disfrutan rodeados de libros, y no cambian Azanuy por nada.
José Antonio y Ana disfrutan rodeados de libros, y no cambian Azanuy por nada.
Laura Uranga

Contra el vicio de pedir está la virtud de no dar; así reza un dicho cicatero que en absoluto comparten José Antonio Ors –Pep para los íntimos– y Ana Obis, dos autodenominados ‘frikis’ que llevan desde hace cinco años su propio negocio librero desde Azanuy: se llama librovicios.com y es un lugar en el que pedir no es un vicio, hallar supone un reto y dar (a cambio de un módico precio), un placer.

Ana tiene raíces familiares en Azanuy. "Nosotros nos encontramos hace unos quince años por internet –comenta– en una página de literatura de ciencia ficción, Cyberdark, que ya no existe. Era una maravilla; ahí nos conocimos muchísimos ‘frikis’". "Seguimos en contacto muchos usuarios, de hecho. Era muy divertido charlar, pero queríamos conocernos. Una vez, Ana vino a Barcelona por un asunto personal, quedamos… y ya no la he soltado", bromea Pep. Ana replica que ha intentado escapar, sin éxito. "Me fui a vivir con él a Cataluña, estuvimos cuatro años, pero el peque tenía problemas respiratorios y nos recomendaron un clima más seco, así que nos vinimos aquí, donde yo tenía una casa, y empezamos nuestra vida en Azanuy".

Azanuy-Alins

En aquella casa no cabían todos los libros de José Antonio, así que tuvieron que buscar otra. Él había sido entrenador de baloncesto muchos años, trabajaba para Cirsa y solicitó el traslado a una sala de bingo leridana. Después de tres años, aquello se acabó. "Cobré mi indemnización, pero me encontré en el paro y sin muchas posibilidades de trabajo por aquí. Ana me animó a que lo intentáramos con los libros, preparamos el proyecto y nos lanzamos con 600 ejemplares. Aprendimos a abastecernos en mercadillos, lances, expurgos de bibliotecas y partidas de editoriales que cerraban o colocaban sobrantes; montamos el entramado comercial de la web y aquí estamos, enviando al mundo entero libro de segunda mano o nuevo descatalogado, en español y catalán, con alguna cosilla en francés e inglés; unos 700 ejemplares mensuales. Esta semana, hemos tramitado envíos a Francia, Brasil y México. Ya me lo dijo mi abuela, que acabaría poniendo una librería, y tuvo razón, aunque la ‘culpa’ es de Ana".

Busque, compare...

Librovicios.com también ofrece un servicio de búsquedas; la gente les pide milagros y tratan de hacerlos realidad. Ellos mismos tienen sus joyas de la corona, halladas en los lugares más insospechados y que, naturalmente, no están a la venta. Ana adora su edición rara del ‘Precisamente así’ de Kipling, un compendio de historias cortas, era un gran poeta y fabulista. Lo de José Antonio es la ciencia ficción; tiene 6.000 libros enmarcados en todos los pliegues formales de ese género.

La pareja está muy integrada en el pueblo; Ana, de hecho, presidió la Asociación de Donas de Azanuy. También hay agrupación de cazadores, de la tercera edad y la del Palistroc, nombrada como un popular juego de bolos en el que se pierde si se tumban todos. La tienda se mantiene; es fundamental para los veteranos que no pueden conducir hasta las cercanas localidades de Monzón o Binéfar. El bar anda sin gestión, aunque se ultima la recuperación del servicio, y la escuela sobrevive por los pelos: quedan cuatro niños tras la marcha a secundaria de los más mayores y la mudanza de dos familias por tema laboral.

Ana y José Antonio se reparten las tareas fundamentales del negocio, comparten las más exigentes y también salen a dúo de ‘caza’. Además de los nichos comentados, también obtienen libros en colecciones particulares, a requerimiento de sus dueños o herederos. "Hay vecinos que nos dejan libros en la puerta, en bolsas, pero otras veces la cosecha es mucho mayor. Un día –recuerda José Antonio– nos dijeron que había muerto un cura, y que podíamos llevarnos algunos libros; quizá ciento y pico, dijeron. Llegamos y había 1.600, muchos de ellos firmados por su autor; tuvimos que recogerlos en dos veces y aún no hemos catalogado todos. Somos minuciosos en ese aspecto, desde la codificación a la indexación". "Además, no nos llevábamos bien con él por un asunto personal que trató con muy poca delicadeza; quizá sus libros acabaron en nuestro almacén por cosa del karma", apostilla Ana.

Además de nutrir los fondos de la tienda, Ana y José Antonio suben sus catálogos en varias plataformas: Amazon, Iberlibro, Uniliber (la de los libreros), Fnac, Casa del Libro, Todocolección y de un modo indirecto, Buscalibre, que amalgama catálogos de librerías pequeñas de toda España. Con los envíos se apoyan en el servicio especial de Correos para librerías y en mensajería para fechas puntuales o grandes partidas: prefieren perder margen de beneficio a defraudar a un cliente por los tiempos marcados. "En estas semanas finales del año, el volumen de trabajo se dispara. Metemos muchas horas, aunque se presuponga que en un negocio así y en un pueblo vivimos relajados. Ten en cuenta que siempre estamos abiertos, hay compras de madrugada, en domingo… esto es así".

El deseado rosco

José Antonio tuvo su chalaneo con la fama; hace dos años participó en ‘Pasapalabra’. Ganó un rosco (no completo), empató otro y perdió un tercero. Lo curioso es que compartió grabación con Julio Escartín, el docente zaragozano que hizo pleno de aciertos. "Un tío muy majo; bueno, como todos en este programa. Me dijo si me daba igual que entrase él primero, que tenía que marchar; pasó... y ganó. Yo no me sabía su rosco completo, aunque sí la respuesta que falló su rival. Me acompañaron la baloncestista Amaya Valdemoro, a la que he admirado siempre; el futbolista José Mari, del Atlético de Madrid, el músico Pau Donés, la comediante Loreto Valverde… fue muy divertido, Christian Gálvez es un tío simpático... y ‘friki’: ¡imitábamos a Alf en los descansos!".

A Casa: salud y paladar cuidados con idéntico mimo

Abrieron hace algo más de un lustro en Azanuy, sirven a un amplio espectro de clientes particulares (eventos o familias) y corporativos, han redimensionado el servicio zonal de alimentación a colegios y residencias, y sus recetas se cocinan de manera tradicional, con un elevadísimo porcentaje de materia prima correspondiente a producción local. A Casa, con media docena de especialistas en el equipo, también diseña dietas gracias a su nutricionista, Cristina Romero. El extremo rigor en el seguimiento de la línea de frío, tanto en el envasado como en la conservación, es una garantía de calidad para el cliente. Más detalles: acasaweb.es.

Los imprescindibles

El Pilaret

Este hotel (elpilaret.com) tiene seis habitaciones dobles, dos de ellas con hidromasaje y solarium). Se alquila a casa completa o por habitaciones, y sus desayunos son famosos en la zona; hay opciones veganas o vegetarianas, previo aviso.

Las vistas de Alins

La localidad que comparte con Azanuy la denominación del municipio tiene en sus impresionantes vistas a su mayor atractivo para el visitante. Hay pocos habitantes, pero varias granjas de pollos y terneros.

El padre Noguera

Este escolapio nació en Azanuy en 1863 y fue profesor de matemáticas en la Universidad Pontificia de Zaragoza. Llegó a América en 1902, y desarrolló su apostolado en Chile, Bolivia y Argentina. Murió en Buenos Aires en 1942.

- Ir al especial Aragón, pueblo a pueblo.



 

 

 

 

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