Pacientes de radioterapia deben hacer hasta 9.000 kilómetros en un tratamiento de 30 días

La falta de aceleradores en Huesca o Teruel obliga a los enfermos oncológicos a desplazarse a Zaragoza. Especialidades como Neurocirugía, Quemados o Cirugía Torácica también se concentran solo en el Servet o el Clínico.

El Clínico cuenta con dos aceleradores. En la imagen, el que se puso en marcha en 2009.
El Clínico cuenta con dos aceleradores. En la imagen, el que se puso en marcha en 2009.
Oliver Duch

Hasta 9.000 kilómetros tienen que recorrer algunos pacientes oncológicos para recibir radioterapia durante los 30 días de media que dura un tratamiento en Zaragoza. La concentración de máquinas o algunas especialidades en las capitales obliga a cientos de aragoneses a desplazarse hasta allí con los consiguientes trastornos laborales y personales que esto ocasiona. Algunos expertos apuestan por la desconcentración y la apertura de unidades satélites, pero otros abogan por extender la telemedicina e incrementar los recursos para facilitar los desplazamientos.

La dispersión geográfica en Aragón es un hecho. Gran parte de la población se concentra en las capitales de provincia, donde también se ubican los grandes hospitales con la mayoría de pruebas diagnósticas y especialidades. El Departamento de Sanidad ha trabajado en los últimos años por intentar descentralizar algunos servicios e incluso, dentro de las limitaciones por la falta de médicos, que algunos facultativos se desplacen y pasen consulta varios días a la semana en centros periféricos. No obstante, la realidad obliga a que muchos ciudadanos tengan que recorrer bastantes kilómetros para recibir atención sanitaria más especializada.

Uno de los casos más llamativos es el de algunos pacientes con cáncer. Más del 60% deben recibir radioterapia durante su enfermedad. La falta de aceleradores en Huesca y Teruel les fuerza a tener que desplazarse para el tratamiento, que suele prolongarse una media de 30 sesiones. Aunque el Gobierno de Aragón facilita poder ir a Valencia o Lérida en las zonas limítrofes, la mayoría de enfermos eligen o tienen que desplazarse hasta la capital aragonesa.

Desde el pasado mes de septiembre, los pacientes pueden solicitar ir en taxi (hay 12 rutas). Aun así, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer en Zaragoza que gestiona este servicio, este mes de octubre, hay pacientes que desde Jaca recorren cerca de 300 kilómetros diarios (totales de ida y vuelta) para ir hasta el hospital Clínico de Zaragoza a recibir radioterapia. Esto supondrá que si su tratamiento dura una media de 30 sesiones tengan que hacer hasta 9.000 kilómetros. Pero no es el único caso. Con el mismo destino, un enfermo de Huesca hace diariamente unos 150 kilómetros, mientras que uno de Samper de Calanda (Teruel) llega a los 180.

Otras especialidades

Tener que coger el coche, el autobús o incluso el tren para ver al especialista es algo que forma parte del día a día de muchos aragoneses. Desde La Iglesuela del Cid, comarca del Maestrazgo, recorren 100 kilómetros para ir al Obispo Polanco. Y los vecinos de Cerler tienen su hospital más próximo, el de Barbastro, a 96 kilómetros.

Además, los hospitales Miguel Servet y Clínico de Zaragoza son referencia para todo Aragón en especialidades como Neurocirugía, Medicina Nuclear, Cirugía Torácica y Cardiaca o Quemados. Así que todos los pacientes deben acudir a estos cuando requieren una consulta o intervención de este tipo. También la Cirugía Pediátrica y la de Neonatología se derivan al hospital Infantil de la capital aragonesa.

Diferentes opiniones

Pero, ¿cuál es la solución para hacer frente a esta peculiaridad geográfica y asistencial? Hay disparidad de opiniones respecto a esta pregunta. La Asociación Española Contra el Cáncer ha defendido en numerosas ocasiones la necesidad de crear unidades satélites con aceleradores en Huesca y Teruel para reducir los desplazamientos que tienen que hacer algunos pacientes con cáncer. De momento, el Departamento de Sanidad ha invertido en la renovación de los equipos de Zaragoza y ha adquirido tres nuevos. Además, debido a la presión social, ha dejado la puerta abierta a que se instale una máquina en el nuevo hospital de Teruel.

La presidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, Concha Ferrer, rechaza la idea de llevar los servicios sanitarios a la puerta de casa de los ciudadanos y considera que se debe luchar por mejorar y garantizar la movilidad de la gente. "Hay que valorar el coste de los recursos sanitarios y la calidad del tratamiento que vas a ofrecer. ¿Quién tendrá más experiencia aquel que opera cientos de personas o el que interviene a medio centenar?", sostiene la representante de los facultativos. "Por no hablar de que en estos momentos tenemos una evidente falta de especialistas", añade.

Con más dudas se muestra el presidente de la Sociedad Aragonesa de Neurocirugía, Jesús Aguas. Asegura que es "fiel defensor" de la neurocirugía de proximidad ya que es la que garantiza la mejor atención en el menor plazo posible. "El tiempo crítico para atender a un paciente no debería pasar de cuatro horas. Esto es un esfuerzo de coordinación y recursos muy importante", explica. No obstante, reconoce que para abrir un nuevo servicio de Neurocirugía en un hospital se debe garantizar tanto un mínimo de población asignada de 300.000 habitantes como de casos atendidos. "Igual lo que habría que hacer es un esfuerzo en mejorar la movilidad, los transportes, pero quizás también en intentar repoblar determinadas zonas", concluye.

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