Torrevelilla: El club de los pequeños retos

Torrevelilla contagia la filosofía artesana de su gestión municipal; también se maneja así la principal empresa del lugar, Macoembal, que confecciona las cestas de las Frutas de Aragón.

Las cestas de las Frutas de Aragón que fabrica Macoembal en Torrevelilla.
Las cestas de las Frutas de Aragón que fabrica Macoembal en Torrevelilla.
Laura Uranga

Llegas a Macoembal, a las afueras de Torrevelilla, y en una estancia de tamaño mediano hay dos jóvenes trabajadoras afanadas en una labor artesana que, al principio, no es fácil de identificar para el ojo profano. Al acercarse y observar con detalle las pequeñas láminas de madera con las que trabajan Lorena Calvo y Patricia Serrano, su ensamblado y el diseño resultante, no hay modo de errar el tiro: son cestas de las Frutas de Aragón, el dulce más requerido por los turistas que visitan Zaragoza. Estas cestas se hacen aquí, en el Bajo Aragón; antes se confeccionaban en Zaragoza.

De Zaragoza viene Ignacio Rodríguez, que comenzó con esta aventura empresarial en 1996. Lo explica Luis Casanova, gerente de la empresa. "Ignacio era agente comercial y varios clientes le habían manifestado su interés en contactar con una empresa de embalaje que ofreciera servicios diversos, así que se decidió a ponerla". El lazo afectivo con el pueblo viene de la esposa de Ignacio, Blanca, oriunda de Torrevelilla. Macoembal trabaja en varios productos dentro del segmento del embalaje, desde cajas de madera para vino o aceite a complementos plásticos y soluciones integrales. "Trabajamos en todo Aragón y también hay mercado para nuestros productos en el norte, sobre todo en Vitoria, Logroño y Bilbao", apunta Luis.

Pueblo cohesionado

En el pueblo hay buen entendimiento entre los moradores con raíces bajoaragonesas y los nuevos pobladores que ya han echado raíces, como José Manuel Llorens, arqueólogo e historiador. "Trabajo en Utrillas, pero vivo aquí muy a gusto con mi esposa y mis dos hijas, escolarizadas en nuestro CRA. Mi oficio aquí es ser el marido de la farmacéutica –bromea, aunque asegura que el título es más que válido– y buen vecino". Otro buen vecino es el primer edil, Carlos Martín, alcalde de Torrevelilla desde 2003; tampoco es del pueblo, cosa de la que sí puede presumir su esposa. "Trabajo –explica Carlos– en la delegación de bomberos de la Diputación Provincial de Teruel en Alcañiz, y por suerte puedo compaginar esa tarea con las labores de la alcaldía; además, estamos muy cerca. Desde que llegué a este cargo he intentado que el día a día estuviese siempre atendido; no soy de retos grandes, sino de mucho trabajo a corto plazo para resolver dificultades y mejorar la calidad de vida de los vecinos; este puesto es de servicio, la idea es que los que estamos sigamos a gusto y los visitantes repitan".

José Manuel y Carlos explican que el pueblo es muy celoso de las tradiciones locales, a pesar de que su historia como villa no se remonte muy atrás. "Somos de inicios del XVII y no tenemos la historia de otros, pero sí guardamos nuestras tradiciones. El problema que hemos afrontado es la falta de datos. Desde este año tenemos una nueva asociación, que lleva el museo etnográfico del pueblo. Teníamos problemas con la falta de datos y archivística: el nuevo edificio del ayuntamiento se hizo en 2007 y el actual salón de plenos estaba lleno de papeles quemados y arramblados, así que vimos la necesidad de un museo que reconstruyera nuestra historia. Ya había uno, creado por el Club de Baloncesto, y lo ampliamos; este nuevo grupo es muy entusiasta, busca referencias por todas partes y quieren seguir mejorando la muestra. El museo se llama Antonio Gracia Briz en honor de la persona que hizo la donación inicial para el museo, situado en la casa de Doña Peregrina".

Torrevelilla

Algo se ha ido conociendo. En esta zona hubo mucha actividad en la primera y tercera guerra carlistas; la guerra civil fue sencillamente devastadora para Torrevelilla. "Se sabe –revela José Manuel– que en la batalla entre carlistas e isabelinos hubo una expedición que salió del pueblo, setenta personas que iban a Alcañiz y fueron interceptadas y ejecutadas. En la guerra civil se perdió mucho patrimonio, pero en los años 50 Regiones Devastadas levantó edificaciones muy interesantes, y quedan pequeños detalles, como las argollas".

En el pueblo no faltan los servicios básicos. Hay farmacia, tienda y bar, aunque es verdad que el establecimiento que sirve de punto de encuentro para cañas, cafés, tapas y cartas ha cambiado de administración varias veces en el pasado reciente; la última, este mismo verano. "El bar es un problema a veces en los pueblos pequeños, la gestión no es fácil, pero se trata de algo fundamental para la convivencia", puntualiza Carlos.

José Manuel apunta que el alcalde es demasiado modesto. "Aparte de buena persona, es un gran gestor económico; hemos pasado de estar en números rojos a tener superávit, ha renovado el parque infantil, ha hecho un parque de mayores, ha remodelado los alrededores de nuestra balsa… aquí cunde mucho el dinero porque se aprovecha bien el poco que tenemos".

Eva Demingo es la mentada farmacéutica de Torrevelilla, y lleva con calma que le hayan cambiado el apellido por Domingo toda la vida. No es del pueblo: lleva aquí una década, cuando llegó con José Manuel por trabajo; tienen dos niñas que nacieron en Torrevelilla. "Tras diez años se ven las cosas de otra manera, veníamos de Guadalajara y nos alegramos de que la vida nos haya traído aquí, éramos muy urbanitas y ahora nos encanta esto".

Cultura y buena muñeca

La asociación cultural más veterana y activa del municipio es el Club Baloncesto de Torrevelila. "Nuestro pulmón –afirma el alcalde– desde hace muchos años. Empezó obviamente como grupo deportivo, pero luego ha pasado a dedicarse a todo tipo de actividades. También fomentó en su día el aplauso a la deportista más destacada del pueblo, Ana Casanova, dos veces subcampeona nacional juvenil de escalada en pared". Torrevelilla cuenta con rocódromo: lo de la escalada no es flor de un día, y ha creado escuela. En cuanto al colegio, es un CRA con enseñanza infantil y primaria. Cada aula cuenta con pizarra digital gracias al Ayuntamiento, y en el edificio del Museo hay biblioteca que sirve de actividad extraescolar (y lúdica, por supuesto) a los peques del pueblo. El futuro pinta bien.

El Pajar de Serred, para familias y deportistas

Esther Estévez es de Torrevelilla y se encarga del día a día de la casa rural El Pájaro de Serred, que lleva seis años abierta. Los propietarios del establecimiento son Ignacio (el fundador de Macoembal) y Blanca, que dirige la casa en el que es su pueblo natal. El Pajar de Serred es un coqueto edificio de alquiler completo y diez plazas, que se complementa con dos apartamentos de cuatro plazas cada uno: La Correguda y La Creveta, que pueden completar al grupo de la casa principal. Se trata de la principal oferta de alojamiento en el municipio, aunque también hay hospedería junto al bar, con alquiler por habitaciones y días. "Viene mucho turismo familiar –explica Esther– y también grupos de amigos, aunque hay que destacar también los grupos de deportistas, sobre todo relacionados con el motor y Motorland. Hace unas semanas tuvimos a un equipo de una prueba universitaria de nivel mundial en el circuito, y también vienen mucho los de superbikes y las fórmulas". La casa está rodeada de campos de almendros y permite disfrutar de la sierra de La Ginebrosa por un lado y el valle del Mezquín por el otro; en días claros, además, se llega a divisar las nieves perpetuas de los Pirineos.

Los imprescindibles

El Barranc Fondo

Es un paisaje singular en el que la erosión de las aguas ha formado gargantas y pozas. Tiene numerosas cuevas en su entorno, usadas por los pastores, y mucha vegetación en el cauce: zarzales, madreselva, aneas, chopos, fresnos...

Caminar junto al Mezquín

La marcha senderista del Mezquín es una tradición en la zona, y este año le toca organizarla a Torrevelilla; será el próximo 11 de noviembre y la información completa e inscripciones están disponibles en la web marchamezquin.es.

Un chapurriau propio

En Torrevelilla existe una variedad propia de esta forma de expresión que aúna palabras del castellano, el catalán y el valenciano, con giros propios y desinencias peculiares que la diferencian del hablado en otras localidades cercanas.

-Ir al especial de 'Aragón, pueblo a pueblo'.

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