Talamantes: Un tesoro natural que necesita de mejores accesos

Con dos coquetos negocios de turismo rural, Mi Casa Loft y La Casita de Talamantes, el pueblo es idóneo para el turismo de monte, al abrigo de las Peñas de Herrera y el Moncayo.

Agustín García y Rosa Redondo, en el portón de su casa.
Agustín García y Rosa Redondo, en el portón de su casa.
Laura Uranga

La comarca de Borja concluye al sur en Talamantes, un lugar que goza de un microclima especial que le permite alcanzar sin problema los 20 grados un día de invierno. Dicen los que saben que para que aquí golpee una tormenta tiene que ser muy grande. El Moncayo es una barrera. Por desgracia, también se ha visto afectado por el envejecimiento de la población y la emigración progresiva, que hizo que se perdieran los huertos y se echaran a perder las acequias, una maravilla al pie de las Peñas de Herrera, ahora llenas de zarzas. Hay quien dice que les recuerda a Madeira.

El caso es que en otoño, Talamantes se convierte en una sinfonía de colores ocres que amerita la consideración de espacio de Especial Interés Paisajístico. No hay un interés en masificar la zona, pero sí se quiere dejar claro  (sobre todo a los zaragozanos de la capital?) que hay alternativas de montaña además del Pirineo, y mas cercanas. Problema: la carretera. Desde el desvío de Bulbuente y hasta Ambel está bien, pero los 15 kilómetros que hay desde Ambel hasta Talamantes están en malas condiciones. Hace poco se maquilló por las exigencias de una etapa de la Vuelta Ciclista a España, pero dicen sus moradores que la calidad del asfalto empleado era mala.  También se clama por la mejora de la pista forestal que une a Talamantes con Alcalá de Moncayo.

En el pueblo hay tres matrimonios jóvenes con niños pequeños, y Borja es el centro de referencia para abastos y servicios. Hay transporte a Borja (previa solicitud) los lunes y los viernes a las 6.45, y se vuelve a las 19.45. El trayecto tarda 20 minutos hasta Bulbuente y otros 10 a Borja. Uno de los que más se han involucrado en la mejora del territorio en el ámbito local es David Lamana, natural de Ambel pero vecino de Talamantes. Señala caminos e imparte enseñanzas de carácter medioambiental por todo Aragón. Hace un lustro activó la Asociación Rural Sierra del Moncayo, que organiza andadas y analiza la situación de los terrenos para realizar solicitudes formales de ayudas a la Administración. Tras el gran incendio de 2012 que asoló buena parte del monte local, se preocuparon de supervisar los trabajos de reforestación y recuperación del suelo.

Talamantes

Cuestión de flechazo

Rosa Redondo llegó a Zaragoza con su marido Agustín García en 2005, después de pasar por León, Mallorca y Buenos Aires; una pareja viajera que aterrizó en la capital del Ebro (donde mantienen un piso) desde el hemisferio austral, donde Agustín había cubierto un periplo de cuatro años en la Embajada de España. Lo de Talamantes llegó un poco por casualidad. "Soy asturiana –apunta Rosa– y echaba un poco de menos la montaña, pero el Pirineo nos pillaba algo a desmano y lo vimos algo saturado; además, tampoco somos mucho de nieve, así que nos pusimos a mirar por el Moncayo. Vimos de lejos las Peñas de Herrera y decidimos acercarnos; así encontramos Talamantes, nos enamoramos del pueblo y enseguida encontramos casas para rehabilitar".

La pareja es devota del ‘hágalo usted mismo’, y enseguida tuvieron claro lo que iban a hacer: una casa rural... y más cosas. "Bueno, de la obra mayor se encargaron los albañiles, pero todo lo demás fue cosa nuestra, y aún seguimos en la tarea. Yo me encargué de la albañilería posterior y de la carpintería, Agustín de la pintura y la electricidad; tenemos dos casas terminadas, más un apartamento que ahora es Mi Casa Loft, en que tratamos a nuestros huéspedes con todo el cariño, para que se sientan en casa. Nuestros hijos viven en Barcelona y están relacionados con el mundo de la moda. Mira ese foco de estudio que tenemos ahí, a la gente le llama la atención; uno de mis hijos lo consiguió en compra directa de escaparate y nos los trajo. En fin, que la filosofía es sencilla; disfrutar, ponerlo todo bonito y mirar hacia el futuro con ganas".

En Buenos Aires pasaron cuatro años maravillosos en la exclusiva zona de La Recoleta (así han bautizado a su casa propia en Talamantes), pero ninguno de los dos era de vida contemplativa y aburguesada. "Allí se aprenden muchas cosas que aquí hemos perdido; yo mateaba -tomar el mate, bebida similar al té, muy popular en Argentina y Uruguay- desde las 9 de la mañana y compartía todo el día con la gente, aquello fue un curso intensivo de amor. Me traje recuerdos; unas maderas, esculturas y, curiosamente, tierra de varios sitios: son espectaculares para esmaltados".

Rosa es ceramista y pintora, ha expuesto en Buenos Aires y su idea inicial a las faldas del Moncayo era hallar un espacio en Talamantes para abrir un taller de cerámica; trabajaba con inspiración en el cuerpo humano y en los juguetes. "La crisis me hizo cambiar de planes. Veremos qué pasa más adelante, pero ahora mis esculturas son grandes casas".

La actividad cultural y la riqueza natural del municipio

Isabel Romanos, concejala del ayuntamiento, es hija del pueblo y su familia está profundamente arraigada en Talamantes. "Ya va para cinco años desde que volví al pueblo, y es que las raíces tiran. Mi marido es de Agón, al lado de Magallón. El pueblo nos encanta y tratamos de hacer todo lo posible para que sus tradiciones, de las que estamos muy orgullosos, no se pierdan".

Las fiestas de San Miguel acaban de pasar; son el último fin de semana de septiembre. "Bajamos el santo desde su ermita; el viernes lo preparamos. Luego se traen cuatro roscones y los mayordomos llevan la figura a hombros; se baja en procesión con el pasacalles, se llega a la iglesia y la fiesta sigue en la plaza con el dance y el paloteado. Luego hay reparto de pastas para danzantes y espectadores, y al día siguiente se lleva de nuevo el santo a la ermita". Otra gran tradición es la romería a Purujosa el 21 de mayo, para celebrar la Virgen de Constantín. "Lo coordinamos con el ayuntamiento de Purujosa, vamos por Trasobares y Calcena. También cuidamos las hogueras de San Antón en enero". La semana cultural de Talamantes ya va por 37 ediciones, una de las más veteranas del entorno rural en Aragón. "Es la primera semana de agosto –explica Isabel– y ahí tenemos todo tipo de actividades: este año hubo charlas de temas médicos y solidarios, talleres, excursiones... siempre tratamos de que sea variado". Del entorno natural destacan los barrancos de Valdetriviño y Valdeherrera, amén de la zona de la Tonda (compartida con Calcena) y sus increíbles colores en las piedras.

Los imprescindibles

La parroquia

La iglesia de San Pedro Apóstol (siglo XVI), del gótico tardío, es de planta cuadrada y crucería estrellada. Después de su construcción se cambiaría la orientación del templo, y se abrieron tres capillas y la sacristía.

La Casita de Talamantes

Se construyó hace tres siglos y se ha adecuado a los requerimientos del turista actual sin perder el sabor añejo de sus antiguos usos. Tiene capacidad para ocho personas y está situada en el centro del pueblo, al lado de la iglesia.

El Parque

Talamantes y su mirador forman parte del Parque Natural del Moncayo, que ocupa nueve municipios de tres comarcas distintas: Aranda, Tarazona y el Moncayo y Campo de Borja, con una extensión total de 11.144 hectáreas.

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