El Vallecillo: cascadas de futuro

Este municipio de la Sierra de Albarracín, en el que nació en 1960 el recordado político Pepe Atarés, disfruta de un entorno natural envidiable que viene atrayendo poderosamente al turismo sostenible.

Pascual Giménez, alcalde de El Vallecillo, junto a la cascada del molino de San Pedro.
Pascual Giménez, alcalde de El Vallecillo, junto a la cascada del molino de San Pedro.
Laura Uranga

El mediodía soleado preside una estampa tardoveraniega en El Vallecillo entre semana; hay un buen puñado gente en la terraza del bar-hostal Ojos del Cabriel, varios de ellos con aspecto de turistas ‘eco’, parejas aventureras de todas las edades disfrutando de paz y panorama. Francisco Soriano lleva el establecimiento con su esposa, que está fajada preparando menús: vinieron de Cedrillas hace dos años y medio, muy cerquita, pero son originarios de Málaga. "Aquí se da posada a turismo de toda España, también llegan extranjeros atraídos por el fantástico entorno natural", afirma. Además, hay habituales del mundo cinegético los fines de semana de temporada. El matrimonio ha empleado a un chaval joven; en el pueblo también hay albergue, dos casas rurales y una vivienda de uso turístico. Los deberes de promoción turística están hechos en el terreno del alojamiento; la naturaleza se ha encargado de ejercer la función de imán.

Pascual Giménez es alcalde de El Vallecillo, su pueblo natal, desde 2011, y es jubilado de Ibercaja desde hace dos. También preside la Comarca de la Sierra de Albarracín. Su padre tenía la cantina del pueblo, pero salió a principios de los setenta, como otras siete u ocho familias. "Aquí en el pueblo todo gira alrededor de los Ojos del Cabriel; nuestro río da nombre al hostal, al multiservicio, albergue… no sé si sabéis que se está considerando para reserva de la biosfera. Es lo más notable de varios atractivos que tenemos; con una capacidad para 48 pernoctas diarias, esa parcela está cubierta con el hostal, la casa rural Antigua Casa del Secretario que es la casa natal de Pepe Atarés, Casa Rincón de Pascual y Casa La Fuente. Las aportaciones del Fite y la Fundación para el Desarrollo de la Sierra de Albarracín hicieron posible que estos proyectos salieran adelante: ahora hay que manejarlos y mantenerlos".

El Vallecillo: cascadas de futuro

Para pensárselo

Pascual muestra en un solo esfuerzo argumentativo los fundamentos de su optimismo respecto al futuro del pueblo y lo aplastante de la realidad. "El 90 por ciento de los que viven aquí todo el año son jubilados. Hay un joven ganadero al que ayudan sus padres, ya mayores, y está emergiendo últimamente una nueva fuente de incremento de población con personas de asistencia social individual a mayores; hay tres nuevos pobladores por esa vía. Por nuestra situación de tierra fronteriza y rodeada de monte sé que es difícil que una empresa se instale aquí, pero si llegara alguna a localidades cercanas seríamos una excelente opción de residencia. Así los jóvenes podrían encontrar un lugar perfecto para desarrollar sus proyectos de vida; al final se debe buscar la fórmula para que eso ocurra. Tenemos una gran calidad de vida, mucha tranquilidad, servicios básicos, Teruel a 40 minutos y Albarracín a 15, el servicio de emergencias médicas funciona de maravilla… en fin, es para pensárselo".

Por los Ojos del Cabriel pasa el sendero GR-10 y se cuenta con su variante GR-10.1, que va a otros parajes cercanos. "Tenemos –explica Pascual– dos senderos marcados, uno circular de 10 kilómetros desde el pueblo recorriendo los Ojos del Cabriel, pasando por la Fuente de la Hoz, y otro más corto, con paneles explicativos desarrollados por Juan Manuel Berges, un estudioso de Orihuela y buen amigo de hace muchos años, que por desgracia falleció hace poco. Destaca el paso por la Curva de la Obriga, que no debe explorarse en solitario porque es inmensa, y el desvío hacia los restos de un poblado celtíbero en la zona del Castillejo. Esta iniciativa ha cuajado, especialmente de abril a octubre; está teniendo buena respuesta".

Puri Martín y Alfonso Fernández-Marcote ratifican esta afirmación con su propia experiencia, mientras fotografían embelesados La Fuente de la Hoz. "Venimos de Madrid, solemos ir a menudo por Asturias y Ordesa, pero no conocíamos la zona; llevamos una semana aquí y hemos disfrutado de varias rutas, pero esta nos ha encantado especialmente. La sumamos a nuestra favoritas. Hemos oído hablar de las cascadas del Molino de San Pedro, parece que están aquí al lado, ahora vamos".

Están al lado, efectivamente, y constituyen un espectáculo para la vista. El alcalde, empero, bromea con la temperatura del agua. "Son una maravilla y muchos se atreven a meterse, pero está fría, incluso en verano".

La iglesia del pueblo está consagrada a la Santísima Trinidad, y los patronos son San Antonio de Padua y San Roque. "Las fiestas siempre se celebran del 13 al 15 de junio, aquí las cosechas vienen más tardías y para San Roque había demasiada faena. No quiero olvidarme de mencionar la historia de nuestras patatas de secano, muy populares en su tiempo; ayudamos con las semillas a que la patata de otras zonas cercanas tuvieran tan buena fama".

LOS IMPRESCINDIBLES

Cueva de la Obriga

Tiene una longitud explorada de 2800 metros, la más larga de Teruel, y hay que tenerle respeto; adentrarse en ella requiere experiencia. Es ideal para los amantes del espeleobuceo. Se ultima en el pueblo su centro de interpretación.

Val Longuiello

El investigador Juan Manuel Berges recuerda que la historia de Val Longuiello (El Vallecillo) comenzó a inicios del XVI, cuando los renteros de las masías limítrofes decidieron agruparse en un núcleo rural para defender sus intereses.

Los pinos y sus réditos

Los pinos eran una inyección económica para el municipio; en dos años se cambió por entero la red de aguas, el pavimento y el alcantarillado con fondos por su venta. El mercado global y la maderas del trópico acabaron con la bonanza.

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