Otros 4,5 kilómetros de la A-23 se abren al tráfico la próxima semana

El ministro de Fomento presidirá la inauguración del tramo final de Caldearenas a Lanave, que incluye el viaducto sobre el río Guarga, el más singular de la autovía.

Zona final del tramo Caldearenas-Lanave de la A-23
Zona final del tramo Caldearenas-Lanave de la A-23, lista para su apertura al tráfico, este miércoles.
Verónica Lacasa

El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, acudirá la próxima semana a Huesca para inaugurar otros 4,5 kilómetros de la A-23, los comprendidos en el tramo final de Caldearenas a Lanave, que incluye el viaducto sobre el río Guarga, el más singular de la autovía de Huesca. Si no hay cambios de última hora, el acto se celebrará el lunes por la tarde.

Su apertura ahorrará en torno a 1,5 kilómetros de recorrido a los conductores y, sobre todo, supondrá una mejora para la seguridad vial. Se trata de la zona de desdoblamiento previo a la bifurcación de la autovía para superar el puerto del Monrepós. El trazado actual servirá a los vehículos que se dirijan a Huesca, mientras que los que lo circulen en dirección Jaca lo harán por el nuevo túnel, incluido en el tramo Caldearenas-Lanave. Estos 12 kilómetros tienen un coste de 99,23 millones de euros.

La concesionaria está trabajando ya en el equipamiento del paso horadado en la montaña, por lo que el Ministerio confía en que pueda abrirse al tráfico entre finales de año y principios de 2019. Al mismo tiempo, los operarios avanzan a buen ritmo en la otra vertiente del puerto, entre el congosto del Isuela y Arguis.

La pretensión es que entre en servicio al mismo tiempo, de modo que la autovía sea una realidad de Huesca a Lanave. Como el tramo del congosto va más atrasado se podría demorar entre dos y tres meses, hasta la primavera de 2019. En estos 3,3 kilómetros se están invirtiendo casi 61 millones y se ha excavado otro túnel, en este caso de 900 metros.

Otra de las cuestiones que condicionará la puesta en servicio de la autovía a su paso por el Monrepós es la dotación del centro de control de túneles. Aunque está construido, aún se debe afinar su funcionamiento.

Para concluir la A-23 aún quedarán por acometer las obras de tres tramos. El primero, de Lanave a Sabiñánigo, está pendiente de que se termine el proyecto para poder licitar los trabajos, que afectan a siete kilómetros. Para ello, el Ministerio de Fomento incluyó una partida de un millón de euros en los que presupuestos que se aprobaron definitivamente ayer en el Congreso.

Los otros dos corresponden a las variantes de Sabiñánigo y Jaca, que cuentan con los preceptivos proyectos de construcción y, por tanto, solo requieren de voluntad política por parte del Gobierno para sacar a concurso las obras.

Acto de partido

La primera visita del nuevo ministro de Fomento a Aragón no solo incluirá la inauguración de un tramo de la A-23 junto al presidente autonómico, Javier Lambán. José Luis Ábalos pretende protagonizar el mismo día un acto de partido en la capital oscense con militantes en un emplazamiento aún por concretar.

Al cierre de esta edición, los responsables ministeriales había decidido que el encuentro se iba a celebrar el lunes por la tarde tras haber barajado otros dos días.

La presencia del también el número dos del partido supone un paso más en el acercamiento con la dirección regional. De hecho, el peso de aragoneses en el Ejecutivo sigue creciendo y ya son diez los que ocupan altos cargos.

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