Azara: sin ermita, pero muy bonita

La Piedra Santa Margarita de Azara atrae las miradas del visitante desde la mera aproximación a este municipio esperanzado con el asiento de población joven y emprendedora.

La escarpada (aunque breve) subida a Santa Margarita se realiza por una escalinata de hendiduras en piedra.
La escarpada (aunque breve) subida a Santa Margarita se realiza por una escalinata de hendiduras en piedra.
Laura Uranga

La huella árabe es notoria en Azara y varios de sus vecinos, empezando por la colindante Azlor. La cosa viene desde el nombre, aunque hay debate al respecto: hay quien traduce el nombre por pequeño terreno cultivable, un minifundio, pero si se atiende al significado primigenio de la voz ‘as-sajra’, la traducción más precisa es ‘la piedra’ o ‘la peña’. Azara es un guiño cómplice a los diversos paisajes naturales del Somontano; como Abiego, Azlor o Peraltilla, fue reconquistada por el ejército de Pedro I en 1095. Junto al barranco de La Clamor, con la Piedra de Santa Margarita que se yergue poderosa en el acceso principal al pueblo.

La antigua fortaleza musulmana asentada en lo alto de Santa Margarita conserva un par de paños, uno de los cuales se cayó el año pasado; por suerte, no hubo que lamentar heridos ni víctimas entre los vecinos, aunque el derrumbe sí afectó a un corral de gallinas. Esta fortificación era parte de una red de torres de vigilancia entre Alquézar y Barbastro: los castillos se comunicaban por medio de hogueras y banderas.

Azara: sin ermita, pero muy bonita

El Ayuntamiento de Azara se ha ocupado de colocar un vallado en la subida al peñasco y los más osados pueden subir por escalones naturales en la arenisca, que van dando acceso a zonas de aljibes y conducen rápidamente a los más ágiles hasta la cima. También había una pequeña cárcel. La peña está hueca, y las canaletas que recorren la superficie exhiben un complejo sistema de conducción de agua, en el que los árabes eran maestros.

Estar para todo

Marité Vitales es concejala de cultura y, como ella dice, de todo un poco; en la misma tesitura andan dos de sus compañeros en el consistorio local, Gregorio Coscujuela y Eduardo Villacampa. El alcalde, Jerónimo Santos, lidia actualmente con un severo padecimiento cardiaco, que ha requerido de cirugía hace apenas unos días; el pueblo entero está pendiente de su recuperación y, de hecho, se ha pospuesto la presentación de un libro enfocado en la memoria etnográfica de los vecinos, con aportes gráficos y textuales de particulares, hasta que el primer edil esté en disposición de presentarlo.

Gregorio está orgulloso de la actual situación de Azara en lo tocante al relevo generacional. "Hay un buen número de parejas jóvenes con niños, para los pocos que somos; además, la mayoría es gente que se ha quedado, hay cariño al pueblo aunque a muchos de ellos el trabajo les lleve fuera durante el día, Barbastro está a 15 kilómetros. Tenemos escuela con 25 alumnos: vienen también de pueblos cercanos. Hay médico y enfermera a diario, farmacia… estamos bien surtidos".

Entre los jóvenes hay una subdivisión de jovencísimos que, además, se lanza al terreno laboral con ganas de abrir vereda. "Hay un total de seis granjas entre porcino, terneros y pollos –apunta Eduardo– y la de pollos la ha puesto un chaval de veinte años, Miguel Cuello. Ahora se está montando una porcina nueva y el que la va a coger es otro chico muy joven, Javier Lacambra, ni veinte tiene; también lleva tierras de la familia con su padre".

Albano Cuello, que no llega a los cuarenta años, tiene terneros y, dicen sus vecinos, aguanta estoicamente las bromas que suscita su nombre de pila. "Le bromean, sí, pero este Albano no canta. Trabajar sí, y mucho", puntualizan los tres concejales.

El tema asociacionista tiene una referencia clara en la que se ocupa de la iglesia de Santa Lucía, colectivo de constitución reciente. "Estamos orgullosos de permanecer al cuidado de la iglesia –aclara Marité– y vamos turnándonos para tenerla como debe ser. También nos encargamos de prepararla para cada ocasión, desde bodas a funerales. Los turnos son por calles, cada mes se ocupa la gente de una concreta, y la rotación suele ser de ocho meses. Había una asociación cultural que ya no existe; la gente joven sí se entrega en la comisión de fiestas, y en la semana cultural hay charlas, eventos de gastronomía, teatro y espectáculos infantiles: se reparte todo en tres fines de semana entre finales de junio y primeros de julio. El baile no falta: tampoco las caminatas, el frontenis o la organización de viajes cortos para los vecinos".

Azara posee una particularidad que quizá sea única en Aragón, y que revelan abiertamente sus ediles: no tiene ermita. "Es tan curioso que hay que contarlo –apuntan Eduardo y Marité– porque los de alrededor tienen, en Azlor hay dos: nosotros, no. Ni siquiera tenemos un punto concreto de romería: se iba a un campo, pero la costumbre se perdió. Y no falta sentimiento religioso".

La patrona, su iglesia y la historia que les contempla

Lo primero que llama la atención de la iglesia parroquial de Santa Lucía es un acceso ajardinado; los vecinos se encargan de tenerlo siempre lozano. Construida en el siglo XVI en estilo gótico aragonés, con una portada renacentista y acceso modificado tras diversas tribulaciones, está fechada en 1576. Desde que se pone el pie en su interior, la sensación de recogimiento que emanan sus muros en piedra es muy profunda. Dice la tradición que Santa Lucía se apareció a unos lugareños cerca de Peraltilla, en una peña similar a Santa Margarita; desde siempre se le ha invocado para pedir su ayuda con enfermedades relacionadas con la vista, ya que su nombre viene del latín ‘lucem’, que significa luz; la leyenda dice que un tirano mandó que le arrancaran los ojos. Su fiesta llega en uno de los días más cortos del año; un refrán dice que ‘para Santa Lucía, mengua la noche y crece el día’, con lo que se convierte simbólicamente en una ventana festiva en medio del oscuro invierno.

IMPRESCINDIBLES

Pintar y dibujar en verano

La academia de María Grau, joven artista establecida en Barbastro y con raíces en Azara, ofrecerá durante los meses de julio y agosto talleres creativos, dibujo al aire libre y excursiones. Un plan perfecto para los días estivales.

Las fiestas

Santa Lucía se celebra en su día, el 13 de diciembre, aunque caiga entre semana. La devoción por la patrona es muy grande. En Pascua llega el turno de las fiestas menores locales, que se desarrollan de sábado a lunes.

Francisco Escudero

Nacido en 1805 en Azara, fue catedrático de Instituciones Canónicas, Decretales y Teología de la Universidad de Huesca; también impartió clase en la Universidad Central de Madrid, y fue jefe del Cuerpo de Archiveros. Murió en 1872.

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