El arte rupestre de Aragón cumple 20 años de su declaración como Patrimonio Mundial

En la lista que establece la Unesco también figuran bienes culturales y naturales como el Mudéjar Aragonés, el Camino de Santiago y los Parques de Ordesa y Monte Perdido.

El arte rupestre de Aragón cumple 20 años de su declaración como Patrimonio Mundial
El arte rupestre de Aragón cumple 20 años de su declaración como Patrimonio Mundial

El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco que establece la Lista del Patrimonio Mundial con los bienes culturales y naturales que poseen un valor universal excepcional otorgó hace ahora dos décadas -2 de diciembre de 1998- la consideración de Patrimonio de la Humanidad al arte rupestre de Aragón en una candidatura conjunta con Cataluña, Valencia, Castilla La Mancha, Murcia y Andalucía que constituye el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo.

De esta manera se garantizaba la preservación de 173 pinturas al aire libre ubicadas principalmente en los parques culturales del río Vero, río Martín, Albarracín, el Maestrazgo y el Bajo Aragón turolense y zaragozano.

En todo el arco, este conjunto de arte rupestre, el más grande de Europa, está formado por más de 750 puntos localizados en abrigos rocosos y acantilados donde aparecen signos e imágenes de tipo figurativo: sencillos trazos geométricos, escenas de caza, recolección, danza o guerra en las que se representan animales y seres humano.

En Aragón perduran ejemplos de los tres estilos diferenciados para clasificar el arte rupestre en la Península Ibérica: Cantábrico, Levantino y Esquemático. Según recoge el Gobierno de Aragón en su monografía sobre el arte rupestre dentro del Patrimonio Cultural de Aragón “no solo es destacable la cantidad de cuevas y abrigos que cobijan muestras de pinturas y grabados rupestres, sino también la variedad y la calidad de estos restos”. En concreto, “en las cuevas pertenecientes al parque cultural del río Vero, Mallata, Barfaluy, Arpán, Chimiachas y la Fuente del Trucho se concentran los tres estilos clásicos del arte prehistórico. Esta circunstancia es única en la Península Ibérica y muestra de la relevancia alcanzada por el arte rupestre aragonés”.

La cueva de la Fuente del Trucho en Asque-Colungo -con una datación de unos 35.000-, en la margen izquierda del río Vero, fue descubierta en 1978 por un equipo de la Universidad de Zaragoza y del Museo de Huesca encabezado por el profesor Vicente Baldellou que halló más de 60 abrigos con pinturas rupestres. En la Fuente del Trucho se encontraron los restos de pinturas y grabados más antiguos. “Su hallazgo confirmó la existencia de manifestaciones de arte paleolítico en Aragón, hasta entonces solo atribuido a las cuevas de la cornisa cantábrica”, refleja la citada monografía.

Este enclave forma parte del entorno declarado en 2001 como parque cultural del río Vero, que comprende nueve municipios: Bárcabo, Colungo, Alquézar, Adahuesca, Santa María de Dulcis, Pozán de Vero, Azara, Castillazuelo y Barbastro, entre las comarcas de Somontano y Sobrarbe (Bárcabo)

Hasta hace poco más de un siglo, los pastores y cazadores de esta zona que conocían al detalle estos abrigos desconocían el tesoro que impregnaba sus paredes. En 1968, el montañero y divulgador francés Pièrre Minvielle exploró la garganta del río vero y allí dio con las pinturas rupestres de sus cuevas. A partir de 1969, el prehistoriador Antonio Beltrán realizó prospecciones en este entorno y poco después daría a conocer nuevos hallazgos.

El pasado año, el parque cultural del río Vero celebró su 20 aniversario, con un total de 250.000 visitas contabilizadas en 2016, una cifra que va en aumento.

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