Retraso inadmisible

El desdoblamiento de la N-232 entre Figueruelas y Gallur está bloqueado y las obras ya acumulan un retraso de 20 meses ante la imposibilidad de ejecutarlas por deficiencias en el proyecto. Es inadmisible un retraso de este calibre en una de las vías de mayor siniestralidad de Aragón.

El tramo de la futura AP-68 debería estar ejecutado al 68%, pero más de dos años después de su adjudicación solo se ha acometido un 14%. La consecuencia es que los miles de vehículos que transitan a diario por la peligrosa N-232 están condenados a seguir haciéndolo. Solo en el último año se han contabilizado seis accidentes en los dos tramos pendientes de desdoblar (Figueruelas-Gallur y Gallur-Mallén) y en dos de ellos perdieron la vida dos personas.

Es cierto que hay pequeñas obras en marcha, pero son escasas y llegan mucho después de los plazos fijados. Sobre todo porque se trata de una vía mortífera, cuya siniestralidad ha movilizado durante los últimos lustros no solo a los alcaldes de las localidades de la carretera, y a sus usuarios, sino a toda la sociedad aragonesa. Por eso mismo cabe exigir al actual Ministerio de Fomento que acelere los plazos para concluir las obras lo antes posible. El ministro Íñigo de la Serna reconoció la semana pasada en un desayuno informativo del PP en Zaragoza que se está tramitando un modificado del proyecto, aunque no dio una fecha para su aprobación. Debe ser consciente de que mejorar la seguridad en la N-232 es cuestión de vida o muerte. La N-232 y la N-II siguen siendo trampas mortales en la Comunidad aragonesa, y no puede pasar más tiempo sin que se atienda definitivamente la histórica reivindicación para su desdoblamiento.