El 2018 comenzará de nuevo sin que Aragón tenga aprobados sus Presupuestos. Un hecho negativo, pues el buen orden de las finanzas públicas comienza por el cumplimiento de los plazos y el retraso afecta siempre a la ejecución y a la actividad económica. No obstante, es improbable que se reproduzca el bloqueo que sufrieron las cuentas de 2017. El Podemos de Nacho Escartín se ha mostrado mucho más dúctil que el de Echenique a la hora de pactar con el Gobierno. De hecho, el acuerdo presupuestario entre Lambán y Escartín si destaca por algo es por su escaso contenido. Así pues, el Ejecutivo consiguió ayer que las Cortes aprobasen el techo de gasto –requisito previo a la tramitación presupuestaria–, fijado en 5.303 millones de euros, que supone un crecimiento de más de 600 millones desde 2016. Y lo previsible es que los Presupuestos, con o sin el apoyo de IU, puedan aprobarse en las primeras semanas del año sin tropiezos. Uno de los flancos de las cuentas de 2018 quedó expuesto ayer en el debate parlamentario, donde el PP, Ciudadanos y el PAR criticaron la presión fiscal que sufren los aragoneses, que en algunos tributos será la más alta entre las autonomías. Otro punto débil será la inversión, que continúa en niveles demasiado bajos como para servir de impulso a la recuperación económica.