Todo está ya listo para que esta tarde, a partir de las 18.00, se abran las puertas de la iglesia de Santa Isabel y los cofrades zaragozanos saquen a la calle lo mejor de sus hermandades para celebrar los 400 años que cumple la llamada ‘procesión de procesiones’. Después de que el año pasado la lluvia trastocara los planes, este 2017, con cielos despejados y sol radiante, parece que nada puede salir mal, a pesar de la suspensión de última hora del acto del Descendimiento del Cristo de la Cama que estaba previsto recuperar después del último abajamiento en 1834.

En cualquier caso, esto no afecta a la procesión en sí, en la que participan las 25 cofradías zaragozanas sumando unos 2.600 tambores y procesionando con hasta 42 pasos que representan los misterios del viacrucis. Aunque es complicado hacer un cálculo certero de cuánta gente presencia la procesión en las calles, la Junta de Cofradías acostumbra a cifrar en 150.000 los espectadores apostados a lo largo de todo el recorrido. Ver la procesión entera requiere unas tres horas de reloj y, entre las novedades patrimoniales de este año, destacan el nuevo Jesús de la Soledad o el apostolado de la Santa Cena de la Eucaristía. Además, la Sangre de Cristo también sacará el paso del Cenáculo, de Luis y Vicente Muñoz (1827), en madera policromada, que habitualmente procesiona en Épila.

Ninguna otra ciudad española cuenta con una procesión general que reúna a todas las cofradías y todos los misterios de la Pasión. La procesión se cierra con el Cristo de la Cama, que es -junto a la Virgen del Pilar- la imagen más venerada por los zaragozanos.