"Las vacas también tienen carnet de identidad"

Clara María Marín Alcalá (Zaragoza, 1959) es veterinaria. Jefa de la Unidad de Producción y Sanidad Animal del CITA.

Clara Marín, a pie de obra en las instalaciones del CITA
"Las vacas también tienen carnet de identidad"
Aránzazu Navarro

Tecleo su nombre en Google y asoma por África…

Por Nairobi. El año pasado solicitaron expertos en sanidad animal para el comité científico del Star-Idaz, un prestigioso consorcio internacional que coordina proyectos de investigación. La primera reunión fue el pasado 30 de enero en Nairobi. Somos 20 miembros: un norteamericano, un holandés, un francés, un italiano…

Y una española: usted.

Así es. Mi labor es asesorar en programación de investigación en sanidad animal. Temas como brucelosis, vacunas y pruebas de diagnóstico. Visitamos el rancho Kapiti, del International Livestock Research Institute (ILRI), entre Nairobi y Mombasa.

¿Cómo son los ranchos en África? ¿También hay leones…?

No se ría, no. ¡Hay leones!

Qué me dice…

Además de vacas, ovejas, cabras, en los ranchos  africanos también hay leones y cebras. Por contra, no había cerdos. En África no es fácil aplicar las medidas sanitarias de la Unión Europea. Aquí los animales están identificados.

¿Los animalicos también tienen DNI...?

Por supuesto, los cerdos también tienen carnet de identidad. Y las vacas… Es la cartilla ganadera. Cada animal se identifica con un dispositivo electrónico. Se les da un bolo o ‘trasporder’, que se introduce con una pistola en uno de los estómagos de los rumiantes. Luego, con un lector podremos comprobar que el animal es hijo de Fulanito y Menganita…

Como un ser humano en un Registro Civil…

El paralelismo es inmediato, aunque en los animales también aparecen los datos de las vacunaciones, número de partos que ha tenido, etcétera. En África esto no ocurre. Apenas un crotal…

¿Un crotal es una de identificación en la oreja?

Sí, en la oreja o en otra parte; pero habitualmente en la oreja. El crotal fácilmente se puede perder, caer, extraviar. El control de enfermedades y vacunaciones es mucho más complejo. En países subdesarrollados hay que hacer vacunaciones sistemáticas, masivas. El problema crece cuando a veces en estos países no tienen acceso a las vacunas. Lamentablemente, la diferencia con Europa, con España, con Aragón, es enorme. Todo esto es impensable en Aragón.

¿El CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria) ha instalado a Aragón en la vanguardia en este sector?

Los esfuerzos están orientados en ese objetivo. El CITA se fundó en 2002, aunque mucho antes tuvo otros nombres. Desde luego, el sector  agroalimentario es básico para Aragón. Además, Zaragoza está en mitad del Valle del Ebro, en el centro de la despensa alimentaria: producción vegetal de La Rioja y Navarra, cárnicas en Ejea y Binéfar, frutales en Fraga... Sin duda, es un lugar privilegiado.

La incidencia del sector alimentario en el PIB aragonés lo proclama todo.

Soy experta  en sanidad animal, no en economía agroalimentaria; pero la producción pecuaria es muy importante. Se está haciendo una gran labor. Oviaragón dice que con un millón menos de ovejas que hace 20 años, se producen los mismos kilogramos de cordero.

¿Cómo explica el ‘boom’ del sector porcino?

Hay una planificación detrás. Una oveja no es rentable estabulada; un cerdo, sí. La oveja y la vaca son rumiantes y aprovechan los pastos. El cerdo es monogástrico y puede estar alojado en explotaciones intensivas. Por cierto, hay proyectos de formación de pastores.

Se está perdiendo el oficio…

Son vitales, y hay un importante déficit en Aragón. Los jóvenes quieren tener fiesta los sábados y los domingos, y los animales comen todos los días...

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