El tribunal del caso La Muela retomó ayer el juicio y dedicó toda la mañana a interrogar a Miriam Fajardo, secretaria personal de María Victoria Pinilla y su sucesora accidental al frente de la alcaldía tras las detenciones de la Operación Molinos, el 19 de marzo de 2009. Por su estrecha relación con la principal acusada y por conocer de primera mano cómo se tramitaron muchos de los proyectos ahora bajo sospecha, las distintas acusaciones tenían especial interés en escuchar a esta testigo.Y lo cierto es que esta dejó pocas preguntas sin responder, ya que su declaración se prolongó durante mucho más tiempo que las de algunos de los principales encausados.

El peso del extenso interrogatorio lo llevó la Fiscalía, quien recordó que Fajardo desempeñó el cargo de secretaria de Pinilla entre 2001 y 2007, puesto que tras las elecciones de este último año ella misma pasó a formar parte de la corporación municipal como concejal de Urbanismo. "Usted dejó de ser la secretaria de Pinilla, pero fue nombrada secretaria de la Sociedad Urbanística de La Muela. ¿Cuáles fueron sus funciones?", preguntó la fiscal Victoria Esponera. "Es cierto que fui nombrada secretaria, pero yo nunca levanté acta de ninguna reunión del consejo de administración.Aunque lo constituíamos cinco personas, habitualmente los únicos que se reunían para hablar de los temas eran la alcaldesa y el gerente (Julián de Miguel). E imagino que de hacer las actas se encargarían después en Aranade (empresa de la que era administrador De Miguel y a la que el Ayuntamiento de La Muela contrató para gestionar el urbanismo en el municipio)", indicó la testigo. Según esta, el libro de actas solo lo veían por las oficinas del Consistorio "cuanto lo llevaban para firmar".Las decisiones eran de Pinilla

Fajardo confirmó que las decisiones importantes sobre los asuntos urbanísticos las adoptaban siempre Pinilla, a la que definió como una "autodidacta" de la materia. Preguntada por el controvertido desbloqueo del plan SR1, la testigo reconoció que todo el mundo tenía "gran interés" en que aquella delimitación pasara el filtro de la DGA. Sobre todo los empresarios madrileños que habían invertido 18 millones en la compra de ese suelo para levantar casas."Fernández Delgado, dueño de Brovocer, me estuvo llamando durante mucho tiempo. Me dijo que Pinilla había prometido recalificarle los terrenos en seis meses, pero pasaba el tiempo y sus expectativas no se cumplían", explicó.

La que fuera alcaldesa accidental de La Muela durante unos meses confesó saber que algunas de las parcelas adquiridas por Brocover eran de Pinilla, de Julián de Miguel o del también acusado Carmelo Aured. Pero, al margen del considerable beneficio personal que obtuvieron algunos de los encausados con esta operación urbanística, Fajardo insistió en que sacar adelante el SR1 "tenía un gran interés para La Muela, puesto que iba a permitir hacer la circunvalación".

La testigo reconoció que oyó decir a Pinilla que iba a llamar a muchos políticos para desatascar el SR1. Dijo también que ella misma fue enviada con cartas a los despachos de varios altos cargos. Entre ellos, el del director provincial de Urbanismo Carlos Martín Rafecas, también acusado."Le llevé un copia del expediente, que se quedaron las administrativas –añadió–. No hablé personalmente con él, pero le dejé una carta de Pinilla que no se registró", apuntó. "Era habitual llevar esta tipo de cartas a ciertos cargos solicitándoles que se interesaran por los temas de LaMuela", apostilló.

Fajardo contó también que la decisión de adjudicar a Construcsa la pasarela de la A-2 fue de Pinilla.En cuanto al rescate del contrato del agua para dárselo a la empresa NTA, sus explicaciones fueron más confusas. Lo que sí reconoció fue que "había muchas quejas sobre la calidad del servicio".